capitulo 9: Perturbación en la fuerza

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capitulo dedicado a PandoraQueen22


Ben había entrenado con el sable de luz toda la mañana. De pronto al mediodía, salió de la base para buscar algún aperitivo en un árbol de manzanas que había visto al llegar. Se dirigió hacia allí caminando alegremente. Pero algo en la fuerza lo perturbo y se agarró la cabeza. Algo quería aparecer, pero no terminaba de reconocerlo del todo.
Se arrodillo en el suelo mientras trataba de mirar a todos lados tratando de encontrar la razón de su dolor. No habiendo encontrado nada volvió a cerrar los ojos en un intento de acallar el sufrimiento. Pareciera estar siendo sometido nuevamente por snoke pero distaba mucho de ser eso también.
¿entonces que sería aquello que lo molestaba? Sin poder responder esa pregunta. Tal como vino, el dolor desapareció de repente. Entonces pudo levantarse del piso, pero había quedado tan mal que no pudo seguir con su misión y se quedó sin comer nada el resto del día. Se recostó en su cama con los brazos detrás de la cabeza.

~

En cuanto terminaron de comer, agradecieron la comida a Serinsa y se dispusieron a volver a la base.

–y no se olviden – comento la anciana – a la misma hora mañana por favor, aún hay que plantar las onzas –

–¡si abuela, hasta mañana! – contesto Ju.
Cuando ya estaban lejos de ella, Hux hablo.

–¿en verdad es tu abuela?

–no, pero me gusta decirle así y ella no se queja.

–entiendo. Hoy aprendí mucho. – la miro con una sonrisa torcida

– ahora sabes lo que es trabajar en la tierra. – rio Judit.

–hablaba de ti –

–¿Que aprendiste de mí? –

– pues... – empezó haciéndose el interesante – no tuviste nunca contacto con hombres o personas en general, por lo que te sonrojas muy fácil y tus pecas se marcan haciendo que tu cara parezca una fresa.

–¡eso es ridículo! – hizo un mohín.

Sin embargo, Hux la miro de reojo y siguió su relato – también sé que cuando estas enojada haces un puchero algo adorable y que tienes una relación fuerte con – miro a Zion – ese can y la abuela de la huerta. aprendí que sos muy trabajadora, serias un buen elemento para la primera orden.

–no pienso unirme a ningún bando – dijo Judit mirando hacia adelante.

–¿así que estas al tanto de la guerra? – por fin la miro de frente, frenando un poco.

–no soy tonta Armitage, mi hermana fue reclutada por tu bando y entiendo que Rey es del bando contrario. ¿Entenderías que no me puedo meter entre mi hermana y mi amiga? – le explico muy calmada.

Hux no entendía aquel pensamiento. Jamás se había planteado algo parecido, es decir, había asesinado a su padre por quedarse con su puesto.

–no lo entiendo, deberías explicarte ¿qué puede ser tan difícil en unirse al bando ganador? –

–no hay un bando ganador Armit, solo queda muerte y destrucción al paso de los dos, no importa en que bando uno este, al final es lo mismo –

Hux entonces se paró en seco. le recordó a su madre, cuando le contaba las hazañas de su padre y le enseñaba el universo con sus ojos azules. Una lagrima rodo por su ojo derecho y al instante la elimino. aunque no pasó desapercibido para Judit que se quedó callada, ya le contaría en algún momento, quizás.

–ridículo, eso sí es ridículo. –

Después de eso ninguno de los dos dijo nada más hasta llegar a la base
Llegaron a las cuatro de la tarde. Un somnoliento Ben salió a recibirlos

–veo que Hux trabajo duro hoy. – rio Ben que contagio a Judit.

–si bueno – vio su vestimenta y tiro de la punta de su remera – necesito un baño y ropa
nueva.

– puedo ayudarte con eso – dijo Judit que al instante se ruborizo nuevamente –¡me refiero a la ropa! Quiero decir... que hay una sala que está llena de trajes. – Ben no paso por alto aquello ¿Qué habrá pasado con estos dos mientras no estaba?

– bien, gracias Judit – contesto el pelirrojo siguió caminando hacia adentro sin percatarse de las miradas de sorpresa que los otros dos le mandaban

–¿Que le hiciste? ¿un lavado de cerebro? No solo te dio las gracias, sino que también te llamo por tu nombre– pregunto el pelinegro divertido por la situación.

– debe estar cansado y no se dio cuenta. – dijo mirándolo con una sonrisa nerviosa mientras avanzaban. Entonces se separaron, Ben se quedó acariciando a Zion en lo que fungía de sala y Ju se dirigió al armario antes mencionado para agarrar un poco de ropa para el pelirrojo, no sabía que talle seria por lo que le llevaría de todo un poco. Luego se dirigió a su habitación. Tocando antes de entrar.

– ¿se puede? – al principio no recibió respuesta y después apareció Hux por la puerta sin su camiseta, Su torso no era demasiado musculoso pero tenía definición, su piel tenía algunas cicatrices, marcas de batallas pasadas y a la vista de la rubia eso era sexi, lo que hizo que se sonrojara por cuarta vez en el día.

–¡tapate! Como se te ocurre aparecer así – le grito y luego se tapó con las cosas que llevaba en la mano. Hux sonrió y se apoyó en el marco de la puerta.

–¿sabes? – con un poco de esfuerzo, bajo las prendas para que lo mirase – quizá también podrías ayudarme con el baño– le comento con una sonrisa coqueta.

–ni soñando general. – le tiro las ropas en la cara, Armitage soltó una risa que a Judit dejo abochornada, causando que corriera hasta su habitación para calmarse.

Ben había estado tranquilo hasta ese momento, estaba acariciando al canino cuando nuevamente ese dolor en la cabeza volvió a aparecer y tuvo que volver a arrodillarse

que planes tiene mi señor–  escucho en su cabeza, ahora podía reconocerlo era uno de los caballeros de Ren

–eso no es de tu incumbencia sal ya de mi cabeza, Vicrul– espetó enojado –

esperamos ordenes mi señor

–Bien, aquí están tus ordenes, sigan buscando y que ni se les ocurra volver a internarse en mi cabeza otra vez– gruño furioso.

Después de eso, el dolor de cabeza volvió a desaparecer y pudo descansar. Apoyó la espalda  contra una pared y cerro los ojos

–Rey... te necesito– dijo al aire.

General Armitage HuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora