𝐏𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐨

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Oscuridad.

Simplemente existía eso.

──¡Abre los ojos preciosa!.

Reaccionó a esa voz y más cuando sintió un leve ardor en su mejilla.

Llevó sus ojos nublados por abajo, adaptándose a la poca luz del lugar frío y húmedo, deduciendo que estaba en una habitación tipo bunquer.

«¿Qué es esto?.» Comenzó a recapitular de a poco en su mente.

El día era monótono cómo siempre, después de su ajetreada vida siendo una adolescente buena para nada, arreglaba los suministros de comida y preparaba al mismo tiempo el menú que ofrecería en su tienda al día siguiente, con suerte junto el dinero suficiente para sobrevivir otra semana más. Se quejó de estar cansada pero aún así continuó y de repente un grupo de hombres entraron cuando su tienda estaba cerrada.

Ahora entendía su situación actual.

Miro su entorno con cautela, no quería ocasionar un enfrentamiento que podría terminar perfudicandola.

──¿Ya estas despierta?.

El que le hablaba era un tipo extravagante a decir verdad, sabía que su vestimenta era de marca y que sólo gente llena de riqueza podría tener a su disposición, pero por el estilo, ya sabía que la manera de obtener dinero no era legal dentro de la sociedad.

Sin previo aviso, algo se clavó y eso provocó un grito suyo desde lo más profundo de su ser.

──Que patética. ──Suspiro el único hombre del grupo que le dirigía la palabra.── Pero supongo que acabar contigo lo herirá profundamente.

«¿Acabar conmigo?.»

Sentía picar sus ojos, ya no podía huir aún si quisiera, tampoco podía rogar por ayuda o que no le hicieran nada. Angustianda maquinó en su cerebro las diversas formas en que acabarían con ella, después rememoró lo que fue su vida cómo si de una película se tratara.

Después de la partida de su única familia, quién fue su amada madre, seguir en la universidad sola o tener una carrera habían dejado de ser opciones viables. Sin embargo, se obligó a continuar, le había a su madre que viviría pacíficamente.

Un olor extraño invadió su nariz, haciendo que volviera a la realidad y sus ojos vieron la escena más horrible, como salida de una película de terror. No supo en qué momento pero tal vez y usaron a esa persona desconocida para hacerla sentir más angustia, como si fuera un poco de sazón antes del gran momento.

Miró a la gente presente de nuevo y cómo principal a la única persona que le hablaba, sonreían acompañados de risas en busca de verla rogar, ¿Acaso no era suficiente?.

──¿Acabarán conmigo?.

Sonrió un poco, mirando de frente al hombre que distinguió como el jefe, con un aparente alivio.

──Por favor, hazlo.

De alguna manera sus palabras lamentables desanimaron, incluso el jefe ya no estaba tan contento como antes.

──Qué mujer tan extraña.

Ella escuchó un estruendo semejante a un millón de platos rompiendose a la vez, luego olfateo un elemento extraño junto con humo y finalmente sintió su cuerpo caer.

«¿Él de verdad lo hizo?.»

No lo decía en broma, pero tenía mucho miedo de lo que podría pasar después, sin embargo, su orgullo no le permitía degustar aquel sentimiento.

Oh, su orgullo, no había cosa en su vida en que no se metiera.

«¿Se supone que debo aceptarlo?.»

La oscuridad la envolvía, ahora estaba molesta porque nunca hizo nada tan malo cómo para terminar de tal forma.

No era justo, se esforzó mucho a pesar de todo lo que atravesó y ellos por el simple hecho de no moverles la conciencia o el sentido de la culpa se les daban todo el derecho de acabar con los demás de una manera tan fácil.

Quería gritar, pero su boca no se abría, quería correr, pero sus piernas no respondían.

No podía hacer nada.

«¿Qué hago?.»

Sólo podía lamentarse en silencio.

«No quiero que esto pase así

«Quiero otra oportunidad, prometo hacerlo mejor.»

Una calidez envolvió su cuerpo.

«¿El cielo?.»

Cerró sus ojos dejándose llevar, no se había sentido tan tranquila después de tanto tiempo.

«Que cómodo.»

──¿Uhm?. ──Algo evitaba que siguiera descansando, así que por una segunda vez abrió sus ojos para acostumbrarlos a la nueva luz.── ¿Dónde estoy?.

Se sorprendió un poco, por fin tenía libertad para mover su cuerpo como quisiera. Lentamente se sentó en lo que era una cómoda cama y examinó el lugar.

──Mi habitación... ──agrando sus ojos.── ¡¿Qué?!.

Ahora si que estaba despierta, en un salto bajo de la cama corriendo de un lado a otro atónita, ¿Acaso era una prueba del señor?.

No, no podía ser algo así pues todo el lugar era tan detallado que hasta la ropa del armario que no recordaría estaba.

De repente una ráfaga de viento se colo por su ventana, alzando un poco su blanco vestido de seda que tanto le gustaba.

──¿Uhm?.

El reflejo en el espejo completo era tan nítido, se veía tan joven, sus ojos verdes iguales a una esmeralda junto con su largo cabello rojo eran tan vivos que no podría ser una simple ilusión.

──No puede ser.

Se pellizco como último recurso.

Rápidamente corrió a su escritorio de estudio, encontrando entre los papeles y libros su celular que alguna vez presumía a sus amistades por ser de buena marca, miró atenta la fecha sacando cuentas debidas.

──Volví en el tiempo...

Estaba petrificada, no podía creerlo, no había forma.

──Diez años.

❞ 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐑𝐎𝐒𝐄 ❝🌹๑╰─── • ⁽ ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora