❞ 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐑𝐎𝐒𝐄 ❝🌹๑╰─── • ⁽ ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ ⁾

Capítulo 40

──¿Desapareció?.

Manjiro estaba siendo informado de la peor manera, la madre de su pareja no dejaba de llorar angustiada mientras el padre trataba de consolarla en sus brazos.

──N-No se que pudo haber pasado... ──murmuró limpiando sus lágrimas, dejando ir un sollozo.── ya pasaron dos días. ──miró sus manos temblorosas.── todo esto, e-es mi culpa.

──Chieko debes descansar, todavía estás en tratamiento. ──interrumpió el hombre que aún la abrazaba, obligándola a recostarse mejor en la cama.── Oye tú.

El rubio miró de frente al mayor, su tono de voz se volvió más fría y severa cuando lo llamó.

──Encuentra a mi hija.

Hizo una reverencia.

──Lo haré.

Dejó la habitación de hospital, solo cuando estuvo lejos de esta se dirigió a sus subordinados de confianza a paso pesado ante el propio peso de su corazón.

──No me importa si deben voltear hasta una roca. ──ordenó tajante.── encuentren a Rose.

──Si jefe.

Tanto Kokonoi como Sanzu hicieron una reverencia en busca de no molestarlo más mientras le veían irse, cuando estuvieron solos, el pelinegro llamó a su compañero que estaba a punto de hacer lo mismo que su superior.

──¿Tienes algo que ver en esto?.

──No. ──respondió seco.

──Ahora dímelo de frente.

Sanzu dio un suspiro para mirarlo en cansancio.

──No tengo nada que ver. ──ladeo su cabeza.── ¿Satisfecho?.

──Ni aunque me dieras cien millones de yenes. ──dio un paso.── antes tuvimos esta conversación.

──¿Por qué continuas con eso?. ──frunció el ceño.── paso esa vez, recapacité y me olvidé de ella.

──No me creo nada de lo que dices.

Irritado, Kokonoi dio media vuelta no sin antes gritarle una amenaza, dejando a su compañero solo en esos pasillos blancos que no dudo en irse por su lado.

«La madre de la señorita Rose es hermosa.» mordió su labio inferior conteniendo una sonrisa. «cómo deseaba agradecerle por darle vida a la señorita.»

Pesando en la pelirroja tomó su motocicleta para arrancar e ir a máxima velocidad, luego de un tiempo se detuvo frente a una casa algo pequeña, pegada de lado a lado con otras pues estaba en un barrio de mala muerte.

La casa estaba acoplada en ciertas partes para evitar que entrara cualquier ruido exterior, quedando insonorizada.

Se adentro al lugar con una sonrisa, cerró todo con el mínimo cuidado de no dejar nada abierto y subió las escaleras, entrando a la única habitación que estaba en el segundo piso.

Volvía a quedar maravillado en como ese olor silvestre que estaba impregnado por todo rincón, a un paso cuidadoso y ligero a la vez se acercó a la chica de cabello rojo que todos buscaban con tanta desesperación, ella sería el detonante de un caos inminente y no sabría nada.

──Mi señorita.

Deja caer su cuerpo fuera de la cama, arrodillado y dejando su peso sobre el colchón, admirando a la mujer.

──Me pregunto... ──balbuceaba en susurros.── ¿Qué harían si miran lo que estoy haciendo ahora?. ──soltó una risa traviesa.── oh mi rey, grite más de desesperación.

Detuvo toda fantasía en cuanto la mujer dormida se removió un poco, pareciendo despertar.

Sanzu sonrió para bajar de la cama y preparar una inyección con varios implementos que tenía guardados en la habitación, escondidos de ella.

En su tranquilidad colocó la abuja de la jeringa sobre la muñeca izquierda de la joven, tocando preciso la vena para dejar ir ese sonmifero que le haría dormir más tiempo.

──Descansa amor. ──dio un casto beso sobre su frente.

[ ◈ ◈ ◈ ⸙ ◈ ◈ ◈ ]

──¿Cómo les fue?.

Tanto Mitsuya como Hakkai negaron, por más que buscaran en lugares donde la pelirroja podría estar, no encontraban ninguna pista.

──Yuzuha habló con sus amigas pero ellas tampoco saben. ──informó el familiar de la chica dando un suspiro.── están preocupadas.

──Luna y Hana igual. ──compartió Mitsuya.── cuando me encontraba mal fue Rose quien se encargo de ellas, de vez en cuando venía a visitarlas y enseñarles como mantener la casa por su cuenta, no paran de preguntar cuando irá.

──Ella no tenía enemigos. ──murmuró Takemichi, reflexionando por un momento.── después de Kisaki...

Hubo un silencio entre ellos, solo Chifuyu se adelantó llegando a la misma conclusión que su líder.

──Hanma.