❞ 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐑𝐎𝐒𝐄 ❝🌹๑╰─── • ⁽ ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ ⁾

Capítulo 30

Hace ocho años...

Estruendo junto a lamentos era lo que de lejos se podía escuchar en ese lugar no tan concurrido, donde se daba una pelea entre pandillas a plena luz del día.

──Y no te olvides quien manda aquí. ──dijo un pelinegro de rasgos finos posando la suela del calzado de su zapato contra la cabeza del tipo que acabada de noquear.── En Tokyo somos los únicos que gobiernan.

──Espléndido. ──exclamó uno de cabello rosado.── Nuestro líder es cada vez más intocable, Koko.

El miró ese panorama tétrico, sólo su jefe estaba de pie en medio de todos esos tipos derrotados.

El rubio por alguna razón sintió una corriente pasar por su mano derecha.

──¿Regresaste Takemichi?. ──preguntó por lo bajo pero dejó aquel pensamiento para más tarde, de forma rápida miró la hora en su reloj de mano.

«Ella está saliendo de las clases.» eso le movió a subirse en su motocicleta y arrancar.

──¿A dónde va?.

Kokonoi fue quien suspiro por lo bajo.

──Supongo que le surgió algo.

Sanzu Haruchiyo frunció el ceño al sospechar que era lo que su líder haría.

Mientras tanto Manjiro había llegado a su destino en un tiempo récord, agradeció a su transporte por ser tan rápido y prestó atención en las sombras, esperando a que ella apareriera.

──¡Seina! ¡¿Irás al karaoke?!.

Y ahí la vio, con ese uniforme algo suelto para su comunidad pero que le favorecía, destacada entre las demás por su apariencia junto presencia, su cabello rojo recogido un poco ayudaba mucho más, finalmente estaban sus ojos verdes inolvidables, no importara cuanto tiempo pasara.

──Rina, no grites que estoy a un lado tuyo. ──tomó mejor su mochila de una manga.── Y veré si puedo, mi madre debe ir al hospital.

──Entiendo. ──sonrió apegándose a ella.── ¡Pero trata de divertirte!.

──Por favor. ──rogó la otra chica a su lado.── no paras de estudiar y me estresa verte así~

──No es mi culpa que sean flojas.

Manjiro a pesar de la gran distancia pudo escuchar su risa producto de las quejas de sus amigas que pasaban a segundo plano para él, sólo le importaba verla sonreír una vez más aún si no estaba a su lado.

En nostalgia volvió a subirse a su motocicleta acompañante de todas sus penurias y arrepentimientos, sabiendo que por más que lo deseara, no podía seguirla.

«Hoy está feliz.» se dio fuerzas tomando un lado positivo, volviendo su mirar vacío sobre la manilla verde vieja en su muñeca izquierda. «me alegra que tuvieras un buen día.» Había escuchado sobre el karaoke, también pensó que sería bueno para ella divertirse un poco.

Volviendo a su base como líder de su propia organización, entró recibiendo reverencias cada dos por tres que ignoraba, incluso la de su fiel subordinado.

──Jefe, ¿Dónde estuvo?.

Con recelo lo miró, ¿Desde cuando había tomado esas confianzas?.

──No te importa, Haruchiyo.

Su orden hizo al contrario retroceder inconsciente un paso para luego hacer otra reverencia en forma de disculpa, sin saber que aquello era un detonante más fuerte en el alma oscura del tipo.