❞ 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐑𝐎𝐒𝐄 ❝🌹๑╰─── • ⁽ ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ ⁾

Capítulo 1

──¡Volví en el tiempo!.

Daba caminatas pesadas por toda la habitación, era demasiado para procesar aún con su mente de veintidós años.

──¡Hija!.

Reconoció aquella voz y podría hacerlo incluso a millas de distancia.

La puerta se abrió dejando ver a una mujer algo adulta que aún mantenía su belleza en esos vivasez ojos verdes, iguales a los suyos y recalcando el evidente parentesco que compartían, la única diferencia en ellas era el color de cabello.

──Mamá...

──Seina, mi manzanita. ──La estrecho entre sus brazos, enredando sus manos algo callosas producto del trabajo duro en su cabello pero a pesar de eso el tacto era suave y relajante, nadie excepto ella podía lograr aquello.── ¿Tuviste una pesadilla?.

Se aferró, reuniendo el valor para verla.

──No madre, es que... Estoy feliz.

Sí, así se sentía ahora y estaba segura cómo nunca antes.

──Por un momento me asustaste. ──Podía ver su mirar un poco cristalino y se sintió mal, había olvidado lo sensible que era varias veces.── De todas formas debes prepararte para la escuela, vas tarde.

──Claro, en un segundo bajo.

Sonriendo miró a su progenitora retirarse para dejarla sola, retuvo las ganas de gritar por la euforia y emoción del momento pero se obligó a calmarse para cambiarse de ropa, bajar al comedor y tener un desayuno ameno con su madre.

──Oh manzanita. ──mostró sorpresa.── ¿No te vas?.

──Voy a comer.

──¿Es así?. ──sonrió ampliamente.── ¡Entonces toma asiento, te haré la mejor tarta de manzana!.

──No puedo esperar. ──sonrió.

Entonces pensó por un momento, ¿Por qué su madre había hecho aquella expresión? Era como si sus acciones no fueran propias.

Y ahí recordó, recordó la pésima relación que tenía con su madre en la su juventud.

"¡¿Por qué no me dejas en paz?!."

Estaba molesta consigo misma, ¿Cómo pudo faltarle el respeto de esa forma a su madre?. Realmente en su pasado no tenía solución alguna.

«Bien, entonces estoy en escuela.» Miró sus manos, sus uñas estaban pintadas con color rojo barato algo que le desagrado, no le favorecía. «Si volví aquí es porque Dios me dio otra oportunidad.»

Pensó seriamente acudir a la inglesia para gradecer infinitamente, eso al igual que mas cosas que quería hacer.

──Ten manzanita.

──Gracias. ──contenta tomó el tenedor, degustando al instante el postre.

──Come despacio, podrías atragantarte.

──Está bien. ──la miró sonriente.── Es delicioso.

──¿Segura que te encuentras bien? Agradeciste dos veces.

¿Era raro que lo hiciera?.

──Es porque hoy el señor me cumplió un milagro, así que me siento muy agradecida.

──Querida...

──¿Madre?. ──se levantó algo alterada.── ¿Qué pasó? ¿Te duele algo?.