Capítulo 37

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──¡Hermana!.

Reconociendo esa voz femenina, la pelirroja miro al frente confundida recibiendo un abrazo inesperado que atrajo la atención de algunos estudiantes.

──Senju. ──parpadeo varias veces ante la sorpresa, correspondiendo al cálido gesto.── ¿Sucedió algo?.

La peli blanca negó energética dejándole por fin un poco de espacio.

──Sólo quería verla. ──sonrió entrecerrando sus ojos que no duró segundos ante su masivo cambio de personalidad.── nuestras secundarias estan lejos pero logré llegar a la hora correcta.

──¿Llegar? ¿Te saltaste clases?. ──suspiro por lo bajo al recibir una afirmación feliz, ajena a cualquier consecuencia.

──Seina.

──Oh, chicas ella es Akashi Senju. ──presentó con su característica serenidad.── Senju, ellas son Tanaka Hikari y Song Rina, amigas mías.

──Buenas amigas. ──recalcó Rina bromista.

──Es un gusto. ──las miro fugaz para luego prestar total atención a pelirroja.── hermana tengo dos colores favoritos.

──¿Enserio?. ──siguió la corriente curiosa mientras emprendía el paso a su hogar luego de despedirse de sus amigas.── ¿Cuáles son?.

──¡El rojo y verde!.

──Ah. ──sonrió siendo tomada por sorpresa, tocando inconscientemente su pómulo derecho.── son colores lindos.

──Pienso comprar ropa con esos colores. ──la miró.── podríamos ir de compras.

──Suena bien. ──tomó su mano.── por supuesto que iremos, hermana menor.

Senju sonrió aún más, sintiendo sus mejillas acalorarse un poco.

En el camino ambas hablaron de diferentes temas hasta llegar a la tienda de Seina.

──Ya llegué mamá. ──dejó sus cosas en una mesa, acercándose a la mayor tomándola por los hombros.── te dije que no hicieras mucha fuerza, recuerda lo que el doctor te dijo.

──No es como si estuviera crítica hija. ──se recompuso.── me siento mucho mejor. ──miró la entrada, notando la presencia de la peli blanca y reconociendo el uniforme escolar se acercó sonriente.── ¿Quién es esta hermosa señorita?.

──Hola. ──hizo una reverencia.── soy Akashi Senju, amiga de Seina.

──Ya veo.

La joven analizó la apariencia de la mujer, tenía un cabello oscuro y ojos verdes del mismo tono, lo único que heredaba su amiga de ella era el color de ojos, pues el tono era mucho más vivaz y lleno de vida.

──¿Quieres comer algo? Como no hay muchos clientes sobraron postres.

──¡Voy a servir!. ──avisó Seina antes de que su madre hiciera algún movimiento.

Afuera del hogar, en un cierto callejón a plena luz del día se encontraba Sanzu, apretaba y estiraba continuamente una liga negra para el cabello entre sus dedos, mostrando que estaba tenso mientras mantenía su vista fija en la puerta de la casa.

«¿Qué haces con ella?.» frunció el ceño sin poder tener respuesta a las pregunta, sólo podía ver de lejos una despedida amena entre la pelirroja y la que era su familiar.

──¡Vuelve con cuidado!.

El último grito que dio Seina llamó por completo su atención, admirando su perfil, como el último brillo del sol se posaba en su cabello dándole un aspecto más brillante pareciendo el mismo fuego, luego la pequeña brisa del viento ondeando. Finalmente, volvía a llevar su vista a sus ojos verdes, dos jades tan cristalinos y brillantes.

Antes él no tenía preferencias por colores, realmente jamás tuvo gustos por nada, pero si podía empezar por decir algo sobre sus gustos, diría al segundo los colores verde y rojo. Tan diferentes pero que al mismo tiempo contrastaban de una forma sublime, teniendo a Seina Ishikawa como la musa perfecta de la unión de estos colores.

Ya no lo soportaba, cada vez que la contemplaba en silencio, más quería estar a su lado. Odió a su hermana por tener esa celestial suerte de conocer a la pelirroja e incluso tratarla de una forma tan cercana.

Cúando guardo la calma salió de aquel callejón acomodando sus prendas, marcando en su celular un número en concreto.

──Nyoko, ¿Verdad?. ──sonrió al recibir una repuesta afirmativa.── Me resulta interesante tu propuesta.

[ ◈ ◈ ◈ ⸙ ◈ ◈ ◈ ]

La Ishikawa descansaba tranquila en brazos de su pareja, se encontraban en su habitación, con suerte y el chico cabía en su cama ante su crecimiento, antes podría decir lo contrario.

──Tuve un sueño.

Sus palabras encendieron su curiosidad, removiendose para verlo de frente.

──¿Qué soñaste?.

La miró sonriendo un poco, dando leves caricias en sus mejillas para acomodar esos mechones de cabello rojo tan exótico para él. Todo dolor interno era acaparado y llegaba a la calma con ella, podía relajarse.

──Con algo rojo y verde.

Seina soltó una risa.

──¿Acaso se trataba de mi?.

──Ja. ──tocó la punta de su nariz.── ¿Cuando dije que fueras tu?.

──Eres un pésimo mentiroso. ──fingió molestia para levantarse de forma inesperada, tomando asiento en su escritorio.

──¿Qué pasa?.

──Tengo tarea. ──respondió sacando un cuaderno y libro.── Se acercan unos exámenes finales y debo estar al día.

Manjiro quedo en silencio por un momento, admirando sus movimientos y escuchando el crujir del lápiz contra el papel.

Luego de unos minutos donde su mente se lleno de varios pensamientos, miró la hora, se levantó de la cama y en un acercamiento sin ganas de asustar, la abrazo por detrás.

──Debo irme.

──Esta bien. ──lo miró, dejando de escribir.── cuidate.

──Si, lo haré.

──Si, lo haré

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❞ 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐑𝐎𝐒𝐄 ❝🌹๑╰─── • ⁽ ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora