Capítulo 44

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La pelirroja estaba cocinando.

──¿Te ayudo cariño?.

«Lo harás igual...» en su mente lo odiaba de diferentes formas, Sanzu se acercó por atrás, acorralandola contra el borde de la cocina.

Mantuvo firmeza como podía, concentrando su mente en la mezcla para un pastel.

El comportamiento de Sanzu era complejo, unas veces la trataba bien y en otras le gritaba cosas incoherentes, provocando escenarios accidentales para culparla aún si ella veía tal injusticia y por último le obligaba hacer cualquier tarea doméstica para ser observada, lo cual estaba pasando ahora.

«¿Es de día?.» miró una ventana pequeña cercana, era una especie de escotilla por la que intentó escapar en vano, según lo que había contado habían pasado tres días.

Algo que le beneficiaba era el hecho de que no había nadie en ese lugar excepto ellos, Sanzu era de esos que no confiaba en los demás.

──¿Me estás escuchando?.

Prestó atención, asintiendo.

──Tal vez hoy salgamos a cenar.

Era una mentira.

──¿Enserio?.

Sanzu asintió dejándola libre para que siguiera en su trabajo, empujandola con fuerza, teniendo la intención de que cayera, algo que paso.

──Eres torpe mi amor.

──¡Tu lo...

Mordió su lengua, se había dejado llevar por sus emociones.

──Oye. ──la tomó por su mentón.── ¿Qué pensabas hacer?.

──Lo lamento. ──miró a otro lado.── soy torpe.

El silencio tenso se rompió cuando él le sonrió.

──Oh cariño, no lo eres. ──la miró por encima.── se que haces tu mejor esfuerzo.

Seina asintió.

──Te llevo a nuestra habitación.

Sin previo aviso la tomo en brazos llevándola de nuevo a la habitación, podía sentir que algo raro iba a pasar así que estaba alerta.

Apenas la bajó no logró reaccionar al pinchazo de una abuja, grito por el dolor para luego sentir como cada parte de su cuerpo perdía las fuerzas hasta llegar al punto de arrastrarse en busca de huir.

──¿Quieres ir a la cama? Déjame ayudarte.

La tomó por los hombros para acostarla quedando de esta forma acorralada.

Fue ahí cuando entendió.

──Por favor... Quiero vivir.

No supo de dónde sacó tanta fuerza para decir aquello en un murmullo.

──No llores, vivirás por siempre conmigo.

Cómo si Dios respondiera a sus plegarias, Sanzu se alejó en segundos para contestar una llamada.

──¿Qué?... ¿Ahora?... Sí, voy para allá.

«El arma...» había dejado esta justo a un lado suyo, si podía esforzarse un poco más lograría tomarla.

──¿Qué tratas de hacer?.

Lo miró de manera lenta.

──Ahora mismo te castigaría. ──se inclinó, dejando un beso pequeño en su frente.── Pero ahora tengo cosas que hacer, ya sabes cuales son.

❞ 𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐑𝐎𝐒𝐄 ❝🌹๑╰─── • ⁽ ᵀᵒᵏʸᵒ ᴿᵉᵛᵉⁿᵍᵉʳˢ ⁾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora