Cuando te sentaste a mi lado y abrazaste mis hombros tu olor me invadió, descubrí que se podía esconder hasta la mayor tristeza detrás de un abrazo, detrás de tus abrazos con olor a menta y desodorante masculino, porque me llevé tantos golpes que dejé de pensar que algo podría hacerme feliz y llegaste tú para demostrarme que a veces no tengo razón.
Mi alma, esa alma que está sin aliento y se desvive por seguir cada día, se ha quedado parada en el tiempo, entendiendo que ya no necesitaba luchar, sostenida por la tuya, y por fin libre del pasado que se arrastraba tras de sí y ya no duele tanto.
Tu mano se posó en mi mejilla y se deslizó suavemente mientras mis ojos se inundaban de lágrimas de las que aún no descifraba el motivo, sollocé contra la palma de tu mano porque me di cuenta de que ya no dolía tanto sentir el corazón latiendo en el pecho, y es por eso que sé que te necesito a mi lado.
Me curé de mil heridas, pensé que podría sola y ser fuerte, necesité volverme insensible, pero cuando roce tus labios por primera vez mis barreras se destruyeron, todo lo que había sido edificado en mi interior por consecuencia del dolor se marchó, me volví más débil entre tus brazos pero me daba igual porque por primera vez sentí que la vida merecía la pena, tú me diste el motivo para sonreír cada mañana por muy gris que amaneciese el cielo o mis ojos, te colaste en mi alma robándome la razón y haciéndome entender, por fin, que era eso a lo que llaman amor.
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SENTIR Y RESPIRAR
PoetryRespiramos automáticamente. Sentimos automáticamente. La diferencia es que cuando piensas en respirar puedes controlar cuando lo haces y como lo haces, cuando sientes, solo sientes, haces uno con el corazón. Por eso, sentir y respirar, podrían ser l...