UN POQUITO MÁS

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Hay momentos en la vida en los que tenemos que decidir si quedarnos o irnos,
y sin pensar hacemos las maletas
alegamos que duele, que no merece la pena luchar,
nos rendimos tantas veces con tantas cosas,
a la primera de cambio nos atamos nuestros zapatos y corremos como si no importara lo que dejamos atrás,
hemos aprendido sobre el amor propio, y eso está bien,
pero es tan sencillo confundir el amor propio con evitar a toda costa que nos dañen,
es imposible no salir heridos de vivir, porque sino no tendría sentido estar vivo,
y nos han enseñado a salir corriendo detrás de las cosas efímeras,
creo que está bien soltar, pero no todo hay que soltarlo,
a veces solo hay que quedarse un ratito más.

Existen esos instantes en los que no tenemos que salir corriendo detrás de la felicidad a otro sitio,
y no porque no hay que ser felices,
sino porque la tenemos delante y no encontramos el valor suficiente para luchar por ella,
y nos marchamos a buscar algo más fácil,
pero lo más fácil no siempre es mejor, de hecho, casi nunca lo es,
y aún así preferimos seguir buscando y buscando una felicidad que cada vez está más lejos,
solo porque no sabemos mirar a nuestro alrededor y ver que ya hay suficiente para ser feliz.

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