Él

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Le mire como se contempla caer la nieve desde el alféizar de la ventana, con miedo y ganas de salir corriendo, pero a la vez unas inmensas ansias de dejarle rozar mi piel para hallar en en ella un rastro ardiente, se marchará y allí quedara el sendero de besos que marcaron y quemaron cada centímetro de mi alma, nací para morir por ti me decía en cada caricia y yo me volvía loca, no quería que muriese por mi, demasiado fácil, el reto era que viviese por mi, no lo soporto, se marchó, tras el un rastro de infidelidad y decepción que arrastraba brillos de dolor e incertidumbre, como aquel gato que se coló una vez en mi ventana porque seguramente no encontraba su casa y ya no disponía de sus siete vidas, no le intente detener y no le consolé, cuando dejas un vacío atrás tu futuro también tendrá un vacío, el era un vacío en mi pasado y sería un vacío en mi futuro, sólo que con el tiempo menos intenso, hasta que acabe formando una débil parte de mi en los sueños que incitan al subconsciente a recordarme que siempre estará ahí....

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