El Valle De Los Lobos ✔️ [Libro 1 Saga De Los Dioses Caídos]

Traición

—¡¿Qué te hizo?! —preguntaba Sam sobresaltado mientras revisaba toda mi habitación. Cuando le conté que Chris había aparecido esa noche momentos antes de que Anna llegara, enloqueció de tal manera que hasta le temí más a él que al propio Chris.

Sus ojos estaban infectados de rabia. Era errático en su hablar y todo lo que irradiaba de él era odio puro.

—Nada. Solo me amenazó un poco y me ofreció un trato —comenté pero me interrumpió alterado.

—¡¿Qué clase de trato?! —preguntó tomándome de las manos. Su agarre no fue delicado. Él estaba agitado y apretaba mis muñecas con fuerza. Yo prácticamente sentía el fuego de su piel traspasarse a la mía y el dolor de su agarre se hacía cada vez más rudo.

—¡Detén toda esta mierda, Sam, o te arranco los brazos! —le amenazó Anna que empezaba a tomar su forma vampírica sin previo aviso, al ver que el chico me estaba lastimando.

No quería verbalizarlo, pero Sammuel me estaba haciendo daño. Se detuvo al ver el dolor en mis ojos y creí verlo exactamente igual a aquella noche en la que marqué su espalda con mis uñas. Se sentía como si yo fuera la que estaba siendo herida en ese instante.

—Lo siento... —dijo con la voz entrecortada cuando se separó de mí y escondió sus manos con los puños cerrados detrás de su espalda. Era vergüenza lo que sentía.

—Quizás deberías dejarnos todo esto a nosotros, Sammy —aconsejó Anna y el chico volvió a la defensiva.

—No me llames así...

Nunca antes se había molestado porque le llamaran de aquella forma.

—Estás demasiado irritado —intentó remarcar la vampira pidiéndole algo de sensatez al chico—. Consecuentemente, Lizzy también está agitada. Así que es lo mejor para los dos que estén alejados el uno del otro y, por tu bien y el de todos nosotros, quizás deberías ir con Michael a otra ciudad por un tiempo.

Sam bufó y sonrió a medias con los ojos atigrados.

—Me aconsejas que huya...

—Te aconsejo que te relajes —centellearon los ojos de Anna. A esas alturas, no sabía cuál de aquellos dos era más peligroso incordiar.

Respiré e intenté calmar la creciente tensión que se respiraba en mi habitación.

—Sam, tu hermano tiene un muy marcado interés en que William no salga de esa tumba. Creo que tal vez, solo tal vez, él está de tu lado por primera vez —explicaba tratando de calmar al chico.

Él no se convencía de lo que le decía acerca de Chris. Argumentaba que él lo conocía mucho mejor que yo y que con su hermano no creía en segundas oportunidades.

—Lo he visto hacer esto antes y nunca acaba bien. ¡Créeme! —me decía caminando hacia la puerta. Por un minuto me pareció ver a Christian y no a Sam, era como un incómodo deja vú.  

—Te creo, pero pienso que quizás esto sea bueno para todos. Tienes que considerarlo a lo menos —terminé.

Tenía una esperanza y algo en mi interior que me decía constantemente que los fracasos de nosotros podían cambiar en victoria si aprovechábamos esta única oportunidad.

Comprendía que no se fiara de su propio hermano porque conocía sus verdaderos intereses. También entendía que ahora que Chris me había amenazado, tuviera un mayor acceso hacia mí así que Sam aceptó quedarse cerca de mí en todo momento, pero la realidad era que no me sentía cómoda con ninguno de los dos rondándome.

Rebecca llegó más tarde de lo esperado a casa y, por suerte, llevó a Jensen con ella. Anna y Erick regresaron a la mansión porque, al parecer, ella se sentía un poco débil.