Valley City

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Nada me retenía en California. Todo lo que tenía allí lo había perdido, pero a decir verdad, la idea de regresar a mi ciudad natal era tan estresante que mi mente llevaba días jugándome malas pasadas.

La precipitada muerte de mi abuela me había recordado que no tenía ningún buen motivo para seguir atada a aquella bulliciosa ciudad . Tampoco prefería regresar con mi padre a aquel pueblecillo a las afueras de Dakota del Norte, pero al fallecer mi abuela, mi custodia pasó a manos de Richard. Era menor de edad, no tenía ninguna otra opción que aceptar lo que los tribunales habían estipulado, pero no significaba que yo estuviera de acuerdo con ello.

Recordaba que Valley City era un pueblo conservador, de casas coloniales y barbacoas familiares cada domingo. Me decían que sería lo suficientemente acogedor como para olvidar todas las decepciones de la gran ciudad, pero no era mi elección regresar a aquel lugar y si hubiera dependido de mí, hubiera ido lo más lejos posible de Valley City. Desgraciadamente, mi familia más cercana se reducía a dos personas, y ambas vivían en aquel pueblo de mañanas lluviosas y noches frías.

Me resultaba un tanto doloroso regresar, pues con el fin de olvidar la muerte de mi abuela, reviviría a cada momento el accidente de mi madre. Era incómodo volver a una casa donde una vez viví con una verdadera familia, y luego del accidente de Emma, se convirtió en un puñado de gente intentando sobrevivir bajo un mismo techo.

Mi familia era mi padre, su esposa y mi hermano (mellizo, por cierto, lo cual resultaba incómodo gran parte del tiempo). También tenía una tía, la hermana pequeña de mi madre, pero mi abuela se hubiera retorcido en su tumba si supiera que mi deseo era irme a vivir con tía Becky en Texas, así que eso me dejaba a padre y a Erick, mi hermano.

Erick y yo éramos muy parecidos, excepto por los ojos. Los suyos eran mucho más azules e intensos que los míos; apagados y sin brillo. Él era de talle alto y bastante atlético, con una abundante melena negra y rebelde que siempre revoloteaban en ondas sobre su frente. Mi hermano era una de esas personas que siempre es necesaria tener en la vida; con una sonrisa en el rostro y dispuesto a decir las palabras precisas para hacer sentir especial a cualquiera que lo conociera, o al menos, así era con la otra gente. Yo, por el contrario, conocía al verdadero Erick: ese melancólico empedernido que se pasaba las noches enteras sin poder dormir por las pesadillas del auto siendo aplastado sobre su garganta por el peso de una horrible bestia que solo vivía en sus sueños y se alimentaba de su miedo.

Mi madrastra, Veronica, también se parecía a mi hermano, quizás más de lo que a él le gustaba admitir. Ella veía todo lo negativo que sucedía a su alrededor con una buena cara, por lo que nunca comprendí cómo se había casado con Richard en primer lugar: ella era tan divertida y amorosa, y él tan seco y resentido. Parecía todo un dilema, pero se veían felices. Al menos Vero lo parecía.

Rick era mi padre, pero siempre se me hizo un poco difícil llamarlo de esa forma por demasiados motivos, así que era mucho más sencillo referirme a él simplemente por su nombre, como si fuéramos extraños sin ningún lazo de sangre atándonos.

Mi familia estaba rota, pero era mía, y con lo único que contaba en el mundo.

—¿Estás segura que estarás bien allá? —Preguntaba mi tía Becky al teléfono, quien solo era unos años mayor que yo-. Todavía puedo archivar una reclamación para tu custodia...

—Está bien —le decía yo mientras me acomodaba en el asiento del autobús-. Es solo hasta que cumpla los 18. ¿Qué puede suceder en dos años?

—Pon mi número en marcación rápida, Lizzy —me dijo—. Te llamaré todas las noches. Y dile a Erick que su tía favorita le manda muchos besos.

Se despidió de mí con cierto desencanto, pues ella sabía tan bien como yo que mis días viviendo en casa de mi padre no serían tan simples como yo quería creer debido a mis numerosos problemas con él. Becky sabía lo que era ser la decepción de la familia, esa oveja negra de la que se avergüenzan los padres en las reuniones, y eso era yo para Richard. Lo había sido desde que provoqué el accidente en el que murió mi madre.

El Valle De Los Lobos ✔️ [Libro 1 Saga De Los Dioses Caídos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora