Se levantó tarde a eso de las diez de la mañana, apenas si podía tenerse en pie le dolía todo. Se miró al espejo, tenía todo el cuerpo lleno de arañazos, la espalda amoratada, el labio partido y la cabeza le iba a explotar. Me besó en la mejilla dulcemente, ¿habría sido una pesadilla?
No, no era una pesadilla, la almohada llena de sangre atestiguaba que era cierto lo que había pasado aquella noche.
Me miró, observó mis marcas de la guerra nocturna, mi labio partido, los moratones del cuello y de los hombros, los cardenales de mis pechos y muslos, mi camiseta hecha jirones y mis bragas rotas por el suelo, no entendía nada.
-¿Qué ha pasado aquí esta noche?-Me dijo al ver mi cara magullada.
-¿No te acuerdas de lo qué pasó en la piscina?
-No. ¿Qué pasó en la piscina?
Se lo relaté paso a paso, de cómo lo encontré con la botella en la mano, de sus insultos, de su ahogamiento, de cómo lo reanimé y lo llevamos a la cama.
-¿Tampoco de lo que pasó en la cama?
-No, creo que me emborraché demasiado para acordarme.
Se lo relaté paso a paso. Su cara era un cuadro de dolor, sufrimiento y de incredulidad por que llevaba seis meses sin tener una erección y para una vez que la tenía él no se acordaba. Se la miró, le dolían los testículos y la tenía manchada de sangre, sangre que también tenía yo en las ingles.
-¿Quién es Irina?-Le pregunté - Su cara cambió al momento, pero permaneció callado mientras me miraba y bajaba la cabeza.
Se levantó de la cama con mucho esfuerzo y dolor para dirigirse a la puerta del dormitorio. Ya no podía más el dolor, la rabia de estos últimos meses me podía, le chillé para poder desahogarme a gusto.
-Estoy hasta el coño de tus secretos, de vivir en un engaño. Alexei ¿tengo que vivir con miedo por si te da ahora por violarme otra vez? ¿Qué quieres de mí? Te he dado quince años de mi vida, te esperé cinco años a que salieras de la cárcel, aún cuando pesaba la orden de fusilamiento. Visité tu tumba, anoche te oír decir que te habías casado conmigo por los papeles, por compasión, por lo que hizo el general, por tener un lugar donde dormir y follar. ¿Soy eso para ti? Después de ocho meses a los pies de tu cama en el hospital, pendiente de ti, con la casa abandonada, mis hijos abandonados que ya no me cuadran ni las reglas y ¿Me lo pagas así? -Se volvió para mirarme- ¿Te estás acostando con esa puta, verdad, a eso vas a Praga? ¿Te gusta pegar a las putas cuando te las tiras, no es verdad? ¿Cuánto tiempo llevas riéndote de mi? ¿Qué soy para ti? Nadie, una pobre tonta, una chacha para que estés bien comido y vestido, ¿verdad?-No dijo nada y volvió a girarse.
Me levanté de la cama y me fui al baño a ducharme, di un portazo que resonó en toda la casa y en el infierno. Lloré como no lo había hecho en muchos años atrás. Cuando salí estaba en mi lado de la cama, lo ignoré, me cogió de la mano, quise soltarme pero no pude, no me dejó, me abrazó. Yo quedé inmóvil, sin cariño que ofrecerle. Lo miré como el que mira algo al que ya no puede darle nada más, me miró un momento y me sentó en sus rodillas.
-Soy el teniente de 1ª de la primera compañía de las fuerzas especiales de Yugoslavia Sergei Sergéyevich Davydenko.
-Dime algo que no sepa, vi las tumbas con las fotos. - Le reproché, yo estaba en lo cierto el hombre que estaba en la tumba del cementerio no era mi marido.- Y lo deduje cuando me dijiste de qué había muerto tu padre. El padre de Alexei murió en el frente. Tú sabrás los motivos por los que me has engañado todos estos años, puede que nunca hayas confiado en mí. La pregunta es si es verdad lo que me dijiste en la piscina de que nunca me habías querido y te quedaste con nosotros porque te salvé la vida.
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HISTORIA DE UN ENGAÑO
Romance¿ Qué sucedería si en una noche nevada de febrero llamara un hombre a tu puerta con un tiro en la pierna y unos ojos verdes que quitaran el sentido, lo pasarías a casa, le ayudarías? Alejandra Guzmán lo hizo y su vida cambio para siempre. A veces ha...