Si Nos Dejan 23 Y 24

852 66 16
                                    

** SI NOS DEJAN **

**CATA ** 

**CAPITULO 23   Nuestra Nueva Vida**

Cuando desembarcaron en Cartagena Michel Doinell los estaba esperando en el puerto. A pesar de los temores de Armando, el francés se comportó muy correcto, los felicitó efusivamente y los invitó a almorzar a su casa.

Durante el almuerzo ultimaron los detalles de su incorporación a la empresa “Gran Doinell”, Armando como Gerente General y Betty como Gerente de Finanzas. Además la pareja había decidido comprar el paquete de acciones que estaba a la venta utilizando un capital de Terramoda. Betty y Armando viajarían a Bogotá para recoger sus cosas y dejar resueltos algunos asuntos pendientes y en quince días regresarían para ocupar sus puestos.

Ambos quedaron encantados con la casa de Michel. Se trataba de una casa colonial de una sola planta situada al lado de la playa. Sin ser una mansión lujosa se notaba que había sido restaurada recientemente. Era amplia y acogedora. Algo así les gustaría encontrar a ellos para instalarse en Cartagena. El francés con su acostumbrado hablar afectado les dio una alegría cuando les dijo:

Mi.: ¡Pero que suerte tienen! Precisamente mi amigo Pernot, cuyo puesto en la empresa va a ocupar Betty, es dueño de la casa de al lado y me ha pedido que le busque inquilinos porque de momento no quiere deshacerse de ella. Si quieren podemos ir a verla ahora mismo. Él me dejó las llaves para que las llevara a una inmobiliaria pero no había podido encargarme de eso. ¡Quién mejor que ustedes para cuidarle su casa!

Si la casa de Michel les había gustado, la de su amigo sencillamente les fascinó. Aún era más amplia. El francés se apresuró a aclararles que su amigo tenía una hermosa familia y añadió con un deje de tristeza:

Mi.: No como yo, que estoy solito y sin compromiso.

Aunque las principales habitaciones se hallaban en la planta baja, la casa contaba con una especie de altillo con una amplia y luminosa habitación con cuarto de baño que ellos enseguida eligieron como su dormitorio.

Los dos se sorprendieron muchísimo con lo que les contó Michel respecto a Nicolás...

Mi.: -Dirigiéndose a Betty- Le pasó lo mismo que a usted, mijita. Necesitaba alguien que lo asesorara. Si lo ven no lo conocen. Está divino. DI-VI-NO. –Ilusionado- Y me ha prometido que va a venir a visitarme pronto.
_______________

Más tarde Michel los acompañó al aeropuerto y se despidió de ellos hasta dentro de dos semanas.

Ya en el avión, Armando y Betty comentaban todo lo referente a su futura estancia en Cartagena:

B.: ¡Es preciosa, Armando! Siempre he soñado vivir al lado del mar. Creo que cada día antes de ir a trabajar iré a bañarme. ¿Te provocará acompañarme?

A.: Claro que sí, mi vida. ¡Como crees que te voy a dejar sola! Además ya sabes que a mí también me encanta el mar.

B.: Y el precio es más que razonable. Entiendo que el Sr. Pernot quiera unos inquilinos que se la cuiden porque es una maravilla. ¡Qué suerte hemos tenido!

A.: -Con una sonrisa traviesa- El único “defecto” que tiene la casa es que está al lado de la de Michel..

B.: -También sonriendo- No seas así, mi amor. Mira que el pobrecito se comportó muy bien. Claro que al vernos casados debe pensar que ya no tiene ninguna oportunidad contigo. Oj oj oj oj.

A.: Pues mira que lo que creo es que ahora se siente atraído por otra “persona”.

B.: ¿Tú también te diste cuenta?

SI NOS DEJAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora