Si Nos Dejan 25 Y 26

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**SI NOS DEJAN **

**CATA **

**Capítulo 25. No quisiera volver a equivocarme...**

Esa noche Betty y Armando estuvieron hasta muy tarde comentando todas las novedades.

A.: Mi amor, estamos fuera dos semanas y acá nuestros amigos dan un giro de 180 grados a sus vidas. Ja ja ja. Y todo se inició el día de nuestra boda. Vamos a tener que cobrarles comisión. Ja ja ja ja.

B.: ¡Es que casi no me lo puedo creer! No sé que me ha sorprendido más, si el enamoramiento de Nicolás o el de Mario Calderón. Oj oj oj oj. Tengo que llamar a Doña Catalina para que me cuente. Oj oj oj oj oj.

A.: Si quieres mañana la llamamos y quedamos con ella para almorzar. ¿Te parece?

B.: -Provocándolo- ¿Qué pasa, no te quieres perder el chisme de primera mano..?

A.: -Acercando sus manos a ella y con voz amenazadora- ¿Me está llamando chismoso, doctora?

B.: -Viendo sus intenciones- ¡No, Armando! Cosquillas no... Cosquillas no... Oj oj oj oj....¡Armaaaaando!

Estaban almorzando en un sencillo pero coqueto restaurante cercano a las oficinas de Catalina Ángel. La relacionista pública estaba muy ocupada pero pudo dejar libre dos horas para el almuerzo. Ella también quería hablar con sus amigos para saber cómo les había ido en el viaje y para comentarles lo de su relación con Mario. Quería conocer su opinión.

Cata: Ya les dije que lo mejor para la luna de miel era un crucero. Les deja mucho tiempo libre para... -levantó una ceja picarona- ..estar juntos y al mismo tiempo pueden visitar muchos lugares diferentes. Me alegro que lo hayan pasado tan bien. No hay más que verles las caras para saber que están felices.

A.: -Mirando a Betty embobado- Sí Cata, somos muy muy felices.

B.: Pero bueno, ya hemos hablado mucho de nosotros y me parece que –mirando a Cata con picardía- “alguien más” tiene algo que contar. ¿Me equivoco?

Cata.: ¡Ay Betty! ¿Ya Mario les contó?

A.: Ja ja ja ja. Sí, algo me dijo, pero no me lo podía creer. ¿Es cierto?

Cata.: -Suspirando- Sí, Armando. Es cierto. Mario y yo tenemos una relación.

A.: Pero Cata, si tú decías....

Cata.: Ya sé lo que decía, pero... llegué al límite de mi resistencia.

Ninguno de los dos responde pero sus miradas interrogantes dan pie a que Catalina continúe.

Cata.: Aunque no lo crean, hace mucho tiempo que estoy enamorada de Mario Calderón.

A.y B.: ¿Cóoooooooomo?

Cata.: Como lo oyen.

A.: Pero Cata si tú siempre lo cortabas en seco cuando él te insinuaba algo. Y me consta que lo hacía continuamente.

Cata.: Yo sé, Armando. Es que tenía.... miedo.

A.y B.: ¿Miedo?

Cata: Sí, miedo a... sufrir. –Volviendo a suspirar- Después de tres fracasos sentimentales y sus correspondientes divorcios, iniciar una relación con el calavera de Mario Calderón era algo así como entrar en la boca del lobo... Mi aparente indiferencia y mis burlas a sus insinuaciones no eran más que... una coraza protectora...

A.: Cata pero yo ayer hablé con él y estoy convencido de que también te ama...

Cata.: Eso quiero creer, Armando. Pero aún sigo teniendo... miedo. Miedo a que se canse de mí y me deje botada. No podría soportarlo...

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