Por alguna extraña razón después de morir terminas en el cuerpo de una bebé, esa pequeña niña de apenas 10 meses era Sakura Haruno.
Si quieres saber como se desarrolla esta historia léela.
Sayonara 🌻
- Solo... ¡Duérmete! -dijo Sasuke para tirarte una almohada en la cara.
- ¡Mi hermosa y perfecta cara! Me la vas a arruinar cariño -dijiste mientras te acostabas junto a Sasuke y tapaste tu cuerpo por el frío.
Te votaste y miraste la espalda de Sasuke, te sonrojaste por lo que ibas a hacer, poco a poco te acercaste a la espalda de Sasuke y lo abrazaste.
- Hueles rico, comes mucho tomate, ¿No es así cariño? -Sasuke te puso su mano en tu cara para que te callaras.
- Te dije ¡Que te callaras! -dijo Sasuke mirándote con el sharingan activado.
- ...¿Pe pedes soltar la para? -¿dijiste?con una ¿sonrisa?, De paso besaste la mano de Sasuke sonrojandolo al 100.
- ¡[T/N]! -grito Sasuke para soltar tu cara y taparse por completo el cuerpo con la sábana.
- Gracias, duerme bien tonto -dijiste mientras soltabas a Sasuke y te acostabas mejor en la cama.
Sasuke no dijo nada, así que pensabas que ya se había dormido, pero en realidad estaba todo sonrojado tratando de no hacer ningún ruido.
Tú si tenías sueño así que tan solo cerrar los ojos unos segundos después ya te habías dormido.
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Te habías despertado hace media hora, pero no podías levantarte ya que Sasuke te había confundido con su almohada y te estaba abrazado.
Nunca habías sentido ese calorcito en el pecho, ¿De verdad te estabas enamorando? No, no, eso no podía ser verdad, tú ibas a ser la villana de la historia, ya que los villanos no terminaban bien, ¿Por qué te estabas enamorando de Sasuke?.
Cuando dejaste de pensar Sasuke se empezó a mover, se acomodo de nuevo en su cama y un poco adormecido se levantó de su cama y se fue al baño.
- Al parecer olvidó de que estoy aquí -pensaste con una leve sonrisa.
- ¿A qué hora teníamos que ir con el Hokage? -preguntó Sasuke desde el baño.
Oíste como el agua de la regadera caía, en esos momentos hubieras querido ser el agua.
- Ahora, bueno, cuando terminemos de cambiarnos y desayunar, claro -dijiste mientras te cambiabas a algo casual, nada del otro mundo.
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