🌸 Capítulo XXXV 🌸

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🌸 /Narrador . . . / 🌸

Gotas cayendo del cielo.

El sol saliendo.

Los cerezos naciendo.

El llanto de un bebé recién nacido se podía escuchar en esa gran casa.

La "hermana" mayor miraba a sus nuevos hermanitos, los hijos de su tía.

Los nuevos Otsusuki habían nacido.

— Desde ahora ellos serán tus hermanos [T/N]… Eres igual de bella que mi hermana —

La mayor de todos miraba a la niña de tan solo 7 años que miraba a su tía/madre sin entender mucho.

— Gracias Madre, descansa por el momento, tu chakra disminuyó por tener a mis querido hermanitos —

La mujer albina asintió y se volvió a recostar para descansar un rato.

— Son iguales a la tía Kaguya, su hermana mayor los cuidará y les enseñará todo lo que sabe gracias a mi padre… les daré el cariño que él no me dió —

Murmuró la pelirosa acariciando las mejillas de sus primos.

[ . . . ]

— Con que dándole de mi sangre puedo controlarlos… incluso puedo convertirlos en otra cosa, me preguntó si utilizo mi chakra pasará algo diferente… —

Murmuró la pelirosa acariciando a la, ahora, pequeña rana que tenía el tamaño de una mosca, aunque murió al instante porque su pequeño tamaño.

— Uh~ diablos, al parecer si las hago demasiado pequeñas se mueren… —

Cuando la pelirosa iba a seguir con sus experimentos se asustó al sentir como todo tembló, así que aprovechando su nueva habilidad volvío la rana de un tamaño gigante.

Pero también modificó sus piernas volviendolas más resistentes a su nueva masa muscular.

— ¿Qué rayos es esa cosa?… —

Murmuró viendo a un ser de 10 colas, al parecer de madera, al verlo recordó lo que le habían contado por tu padre hace varios años.

— …Tengo que ayudar al clan Otsusuki

La gran rana dió varios saltos hasta llegar a esa gran cosa, aunque la rana le llegaba al cuello.

Ella no tenía muchos ojos especiales como su padre o su tía, pero su fuerza era descomunal, tanto que podía destruir varios planetas enteros.

¡NO DEBISTE DE COMER LA FRUTA!

Le golpeó la cabeza y dió una vuelta completa, como un búho, en ese instante llegaron sus hermanos que se sorprendieron al ver lo enojada que estaba la pelirosa.

— ¡[T/N]! —

Al escuchar el grito de su hermano menor la volvió a la normalidad, por ese descuido, solo lo miró y fue lo peor que debió hacer.

Ella salió volando, una de las colas de ese gran mounstro de madera le había golpeado dejándola algo herida en el suelo en un gran cráter.

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