La Nostra Grandezza

Capítulo 6

La fuerte y maniática risa que salía de la boca del rubio era lo único que no permitía que la habitación cayera en silencio, también sumando el grito desesperado y de terror de los implicados que estaban siendo cruelmente asesinados, teniendo como último vistazo la imagen del payaso con unas expresiones psicópatas antes de que sus vidas se extinguieran.

-E-Eres un jodido monstruo- Balbuceó el último hombre de los secuestrados que quedaba todavía con vida, observando al payaso con miedo y a la vez enojo en sus ojos.

Y aunque fuera imposible, el rubio consiguió ensanchar aún más su macabra sonrisa, para posteriormente quitar el cuchillo clavado en el pecho de una de sus víctimas y terminar por acercarse al último de ellos de forma amenazante.

-Se podría decir que Pogo es tu peor pesadilla, la que te perseguirá de por vida...- Habló con naturalidad y un toque divertido, hasta que se plantó frente al hombre y su rostro se transformó completamente a uno serio y sin gracia. -Pero tú ya estás muerto- Dijo con voz de ultratumba para finalmente elevar su mano sosteniendo el cuchillo y dejarlo caer con velocidad y fuerza sobre el pecho del sujeto, dando varias puñaladas para asegurarse de apagar toda posibilidad de sobrevivir de aquel desconocido.

-Ay... Hace mucho que Pogo no se divertía tanto- Canturreó al aire soltando un suspiro satisfactorio por su trabajo.

Tomó entre sus dedos nuevamente el mango del cuchillo que había dejado sobre el estómago del último sujeto y lo separó sin cuidado alguno del cuerpo de su víctima, procedió a limpiar el filo con rastros de sangre sobre la ropa del cadáver y antes de guardarse el arma, volteó borrando a los segundos su sonrisa, se había olvidado que había alguien más allí. Giró sus ojos con irritación y apretó su agarre sobre el arma blanca, debatiendo internamente si guardarla o utilizarla nuevamente.

"No lo hagas"

Frunció su ceño al escuchar aquella voz del italiano, lo que lo llevó a molestarse aún más y comenzar a caminar con pasos pesados hasta el rubio cenizo que le observaba con una ceja enarcada en señal de duda pero con su mano afianzada en el agarre de su arma de fuego, listo para rápidamente apuntar con la pistola a aquel payaso.

Aunque el Gambino menor profundizó su expresión confundida al ver como el contrario se detenía abruptamente. Pogo abrió de par en par sus ojos con sorpresa, su cuerpo no se movía, se había quedado paralizado casi en medio de la sala sin poder mover sus extremidades. Quería avanzar, quería acabar con aquel estorbo, pero su cuerpo no respondía.

"Basta, es mi hermano. No te dejaré hacerlo"

Claro. Realmente no era suyo aquel cuerpo, todos los sistemas y funcionamientos estaban obedeciendo al verdadero poseedor de aquella identidad. El payaso soltó gruñidos queriendo pelear por dominar pero era inútil, por culpa de Gustabo y las pastillas para dormirlo no tenía la misma fuerza para controlar a alguien como antes, así que sin desearlo y a regañadientes liberó el cuerpo del rubio para dejarle paso a que el mayor de los hermanos Gambino saliera.

"Tú ganas, pero Pogo sólo lo permitirá por ésta vez"

El cenizo observaba con sus orbes celestes la figura de su hermano desplomarse en el suelo una segunda vez, las expresiones en su rostro dejaban en claro que no comprendía que había sucedió, y se extrañó todavía más cuando fue a su consanguíneo a quien vio reflejado en los ojos ajenos. Su hermano había conseguido salir y tomar el control de su cuerpo ¿Había ganado contra Pogo por el control? Al parecer las posibilidades de que todo mejorara habían aumentado, porque después de todo parecía que había forma de manejar aquella situación de su mayor con el ente dentro suyo.

-Gracias por tu ayuda Carlo- Dijo irónicamente el rubio girando sus ojos mientras intentaba ponerse de pie, se sentía muy débil.

El nombrado soltó un suspiro con una pequeña risita, se aproximó a su mayor para tomarlo de la parte inferior de sus brazos y así ayudarle a levantarse con más facilidad. El rubio una vez estuvo de pie sacudió un poco sus prendas para quitar la suciedad del suelo que había quedado impregnado sobre su ropa, aunque le convendría ponerla a lavar por las manchas de sangre que comenzaban a secarse producto de la matanza que Pogo había echo anteriormente.

-Merda, estoy todo sucio joder- Se quejó el italiano mayor caminando a la par con su consanguíneo para abandonar aquel sitio, luego llamarían a alguien para que se encargara de la limpieza, ellos ya habían echo suficiente por ese día.

-Vamos a casa para que te bañes y a descansar un poco- Dijo el cenizo mientras se subía en la parte del conductor de uno de los vehículos que les habían dejado los hombres que trabajaban en la mafia de su padre.

-Para la próxima dejemos que alguien más se encargue, que puto asco joder- El mayor con expresión asqueada comenzó a quitarse la parte de arriba de su vestimenta, prefería ir con el torso al aire que seguir sintiendo y oliendo aquel ajeno fluido rojizo.

-Ten, no vayas con el pecho al aire que está refrescando- El menor detuvo el coche a un lado de la carretera y se sacó la gabardina para posteriormente ofrecérsela al contrario y quedando sólo con su camisa blanca. -Pues el payaso pareció pasarlo muy bien- Comentó llegando a su mente un asunto del que debía discutir con su hermano y aquella cosa que vivía dentro del rubio.

-Si es un jodido psicópata, nosotros no deberíamos mancharnos las manos- Con una media sonrisa agradecida tomó la gabardina, se vistió con la prenda que le prestó el menor y volvió su vista a la ventana del coche.

-Pero es bueno haciéndolo ¿Sabes?- Murmuró serio y con sus orbes celestes fijos en el camino donde conducía.

Toni enmudeció por unos minutos, volteó su rostro observando con una ceja enarcada al menor, su propia expresión reflejando incredulidad.

-¿Qué? ¿Acaso ya te cae bien?- Preguntó con ironía mientras ponía sus ojos en blanco y devolvía su rostro en dirección al vidrio de la ventana.

-No... Pero ya que está y no sabemos cómo deshacernos de él, podríamos aprovechar y darle utilidad ¿No crees?- Interrogó algo inseguro, no confiaba en aquel ente pero sí en su hermano y que tendría la capacidad para controlarlo.

-No lo sé, Carlo- Respondió algo incómodo y dudoso. -No conocemos bien esta cosa, no estoy seguro de que podamos confiar en él-

"Pero vamos... ¡Confía en Pogo, Toni! Pogo te hará poderoso, solo debes dejar que Pogo mate a todos~"

Un quejido salió de la boca del italiano mayor y agarró fuertemente su cabeza con una expresión adolorida en su cara. Últimamente su cabeza dolía por una sola cosa, el payaso quería salir de nuevo y hacer de las suyas.

-No... No creo que podamos controlarlo, Carlo- Susurró en un tono bajito, su respiración comenzando a ser irregular.

El rubio cenizo al percatarse de lo que estaba pasando detuvo nuevamente el coche y giró un poco abandonando sus manos el volante para pasarlas a los lados de la cabeza de su consanguíneo.

"¡Empezando por este pobre de mierda!"

-Toni, cálmate- Habló suave y calmado para no alterarlo aún más, obligándole a que los celestes de ambos se encontraran y consiguiendo que aquella molesta voz para el rubio fuera acallada por la serena de su hermano. -Tranquilo, todo estará bien, encontraremos una solución- Le animó regalándole una diminuta sonrisa.

Aquel simple gesto hizo que un par de lágrimas escaparan de los ojos cielo del primogénito de los Gambino, porque aquella pequeña sonrisa de su hermanito le dejaba en claro sin necesidad de palabras que pasara lo que pasara, Carlo estaría ahí para apoyarlo y ayudarle, enfrentando las dificultades juntos como toda la vida lo habían echo. A pesar de que hubo un tiempo que estuvieron separados en contra de su voluntad, pero aquello no se volvería a repetir, se asegurarían de ello.

-Todo estará bien- Repitió el rubio bajito para sí mismo y normalizando poco a poco su respiración. -Tenemos que pensar en algo-

-De hecho tengo una idea, bueno mejor dicho...- Comentó reflejando determinación en sus iris claros, mirando fijamente los del mayor como si buscara la otra presencia dentro de su hermano a través de sus ojos. -Te tengo una propuesta, Pogo-

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