-Carlo Gambino, ven aquí- Ordenó la mujer de cabellos dorados con un toque autoritario en su voz.
El nombrado quedó congelado en su sitio cuando escuchó la voz de su madre desde dentro del cuarto, trago saliva de forma pesada y dio media vuelta para entrar a la habitación, su porte se mostraba despreocupado, pero tanto su madre como su hermano notaban el nerviosismo que tenía el menor ya que sus ojos observaban a todas partes inquietos.
¿Acaso en esta casa te hemos enseñado a espiar y escuchar conversaciones ajenas?- Reprochó la señora de la casa una vez su hijo menor llegó hasta un lado de la cama.
-Bueno...- Rascó su nuca nervioso y dirigió su mirada hasta la puerta ¿Sería malo que se echara a correr y huir lo máximo posible del regaño de su madre y de la vergüenza de haber sido descubierto?
-Al menos asegúrate de que si lo haces no te descubran- Le revolvió sus cabellos con dulzura y dejó un beso en su frente y luego hizo lo mismo con Toni. -Voy a descansar, espero que no vuelvan a pelear-
Ambos se despidieron de su madre y salieron cerrando la blanca puerta para permitirle dormir. Una vez fuera ambos hermanos quedaron estáticos en su sitio y en un profundo silencio, el mayor iba a retirarse a su habitación pero un mensaje a su móvil le detuvo, sacó su teléfono y lo revisó.
-Es José, dice que Igor ya despertó pero que no está al cien por cien- Comentó compartiendo una diminuta sonrisa de alivio con su menor, aunque esta se borró al ver le nuevo mensaje entrante.
-¿Toni? ¿Qué pasa?- Preguntó el cenizo extrañado al ver el cambio brusco en su mayor.
-Dice que están en problemas, que varias personas entraron con armas al taller- Comunicó pasando rápidamente su celestes a los del más alto con preocupación.
-Vamos- Fue lo único que dijo el cenizo con seriedad para después ambos salir de la casa rápidamente, no sin antes equiparse y tomar prestada algunas cosas de su padre.
Una vez llegaron al garaje subieron a uno de los coches negros con Carlo de conductor y Toni de copiloto.
-Dile que no hagan nada estúpido, que se escondan y aguarden a nuestra llegada- Dijo el cenizo con su vista en el camino, apresurándose a llegar.
Los dedos del rubio se movían rápidamente sobre la pantalla táctil del celular escribiéndole lo dicho por el menor y que tuvieran mucho cuidado de ser descubiertos. Una vez envió el mensaje, guardó su móvil y se puso una máscara que tapaba la mitad de su rostro, se dispuso a cargar las armas y guardar algunos cartuchos extra en los bolsillos de sus gabardinas.
A los quince minutos llegaron cerca del lugar, estacionaron algo lejos y se vistieron con las gabardina negras, el más bajo le pasó una máscara al cenizo y una vez seña colocó, ambos tomaron sus pistolas y una carabina cada uno que habían sacado prestado de su padre.
Estaban listos para entrar, o eso creía el menor de los Gambino porque por un momento la mirada de Toni flaqueó con duda al ver su mano portando una arma ¿Y si perdía el control? El payaso podía aprovechar de que está armado y usarlo en contra de su hermano. Un escalofrío cruzó por su columna cuando en su mente escuchó una tétrica risa.
Por un segundo sus manos temblaron por tal idea y toda su fuerza pareció esfumarse de su sistema sintiéndose inevitablemente débil. Ahora no estaba seguro de poder hacerlo
El menor observó al chofer contrario sumido en sus pensamientos, una mueca disconforme se dibujó en su rostro al percatarse del cuerpo tenso de su mayor y sus ojos perdidos con miedo reflejado en ellos. Respiró hondo al hacerse una idea de lo que estaba pasando por la mente del rubio, estaba seguro que tenía que ver con aquel extraño y maléfico ser que habitaba dentro del cuerpo del mayor de los Gambino sin invitación alguna.
-Toni- Lo llamó colocando su mano sobre el hombro del mencionado para atraer su atención y sacarlo de sus pensamientos.
El nombrado dio un pequeño respingo en su lugar y giró su vista hasta chocar con los claros orbes del menor, su nerviosismo empezó a manifestarse -Carlo yo...-
-Tranquilo, estoy contigo- Le interrumpió mirándolo directo a sus ojos transmitiéndole la seguridad que él mismo sentía hacia su hermano.
-Pero no puedo ¿Y si...?- Sus palabras salían titubeantes y sin conseguir armarse de valor, temía volver a lastimar a su consanguíneo.
-Podrás, confío en ti y sé que lo harás- Le interrumpió colocando una mano sobre el hombro contrario, dio un leve apretón y le sonrió con serenidad intentado compartirle de su seguridad.
-No deberías confiar tanto...- Murmuró el mayor agachando un poco la cabeza.
Un nudo en su garganta comenzó ahogarlo, se percibía como alguien peligroso para su familia y que no merecía tal confianza. Su corazón se estrujó cuando su mente lo torturó trayéndole a colación que su hermano confío en él en Marbella con la decisión sobre permitir el ingreso a Volkov a la familia y así terminó todo... en completos eventos desafortunados para su menor, totalmente incomunicados y dolorosamente separados.
Varios pensamientos negativos comenzaron a atacarlo, ahora con Pogo dentro suyo era un peligro para su familia y quizás lo mejor sería irse lo más lejos posible para no lastimarlos, incluso veía viable la opción de entregarse él mismo al FBI, después de todo allí en Los Santos había personas que podrían ayudarle a terminar con ese payaso de una vez por todas y volver a la normalidad. O quizás lo mejor sería desaparecer, no volver nunca con su familia y vagar por ahí hasta que su cuerpo se deteriorara, así se aseguraría de no herirlos nunca y que estuvieran bien.
-Siempre confiaré en ti Toni- La voz calmada del rubio cenizo cortó todo el hilo de pensamientos del rubio, quien alzó su cabeza en su dirección y le observó atónitamente ¿Cómo podía estar hablándole con tanta tranquilidad y con esa sonrisa en su rostro a él? Justamente a él quien provocó tantas desgracias en su hermano. -No importa que pase, eres mi hermano y en mi familia es en la única que pongo toda mi confianza-
Simplemente no lo entendía, pero una pequeña lágrima escapó de uno de sus ojos.
-Carlo...-
-Y no te culpes por lo que pasó Toni, en cualquier momento hubieran venido a por nosotros por lo que nos dedicamos e incluso podría haber sido peor- Finalizó con una pequeña sonrisa para subirle el ánimo, soltó su hombro y dio un pequeño vistazo al lugar donde debían entrar.
El mayor de los Gambino por fin pudo encontrar calma en su corazón, saber que su hermano no estaba resentido con él fue como quitar un enorme peso de encima. Soltó una pequeña risita y después dio un par de palmaditas sobre sus mejillas para concentrarse.
-Vamos- Le respondió el rubio con una iluminada sonrisa en su rostro contagiando al menor quien igualmente le sonrió, asistieron a la vez y se dispusieron a entrar a rescatar a su compañero.
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Buenas!
Feliz Navidad atrasado 😅
Espero que hayan pasado una feliz Navidad y tengan un grandioso año nuevo! De corazón les deseo un próspero año nuevo, aunque sabemos que las cosas malas nunca estarán ausentes pero espero que abunden más los buenos momentos en sus vidas 😊💞Nos vemos! 💕
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La Nostra Grandezza
CasualeMi deber siempre es ver por mi mafia, por mi hermano y por mí. Si buscas dinero, fama y poder, con los Gambino lo encontrarás pero debes mantenerte bajo nuestras reglas. Así que ¿Estás con nosotros?