Capítulo 23

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Creería que la vida tiene su lado bueno, que no todo es "te doy y luego te quito"

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Creería que la vida tiene su lado bueno, que no todo es "te doy y luego te quito". Quiero creer, tenerle un poco más de fe.

Pero la maldita nunca me la ponía fácil.

Kix había ido a cambiarse a su habitación, aunque la ducha la tomó en mi baño... conmigo. Ya que habíamos probado lo bien que se siente pecar con el otro, nos comenzamos a hacer adictos. Al terminar de arreglar mi cabello en una coleta floja, escuché la puerta de abajo abrirse y a los segundos volvió a cerrarse con un portazo. La última noche no había tenido tiempo de hablar con mis padres sobre lo que estaba sucediendo, pues mamá sólo se dedicó a regañarme y a recordarme que no era correcto hacer ese tipo de cosas cuándo Harvard aún tenía que evaluarme.

Y eso es otro tema que me tiene asqueada: no he tomado la prueba de ingreso. Tengo sólo 3 días para tomarla y aquí estoy, disfrutando del sexo con mi mejor amigo, siendo amiga de personas que antes ni me atrevía a saludar y perdonando el abandono de mi padre y tío.

Estoy haciendo tantas cosas inesperadas que ya no estoy segura de sí lo esperado es lo que realmente quiero.

—Lamento haber tardado, pero fui por esto —doy un pequeño salto al escuchar su voz tan de repente, a lo que volteo a verlo cuando me tiende una bolsa—. Creí que, ya que fue mi culpa lo del condón, lo menos que podía hacer por ambos era ir a la farmacia por tus pastillas.

—Creí que ya estabas pensando en el nombre de nuestro hijo. —digo divertida, pero en el fondo estaba gritando y dando saltitos de felicidad por el lindo detalle que había tenido. Si, era una responsabilidad, pero seguía siendo algo que no cualquier hombre haría.

—Hija —corrigió mi error, dando un paso hacia mí para abrazarme por la espalda. Miré nuestro reflejo en el espejo, sonriendo sonrojada ante sus ojos llenos de amor al mirarme— Y Amalenia puede esperar un par de años más.

—¿Qué clase de nombre es Amalenia?

—Amelia y Evenia.

El nombre de su hermana menor no era algo que pronunciara muy seguido. Creo que la última vez que lo hizo, fue hace seis años durante una discusión con su padre. Parecía ser un tema prohibido entre los Evenson y, por ende, también para nosotros.

—Si algún día llegara a suceder, puedo aceptar que se llame Evenia...

Por supuesto que el tema de los hijos es pronto, demasiado pronto, pero ya que había salido la broma y junto a la broma una verdad sobre el dolor que Kix aún sentía por su hermana, lo menos que podía hacer era aceptar en pensar en un nombre que podría, o no, usarse en unos posibles ocho años.

Kix siempre hace todo por mí, por mi bienestar y felicidad. Es lo menos que puedo hacer por él.

—Mejor vámonos antes de que te tome entre mis brazos y vuelva a follarte, nena.

Y pasar de un momento de bromas a uno serio y luego a uno caliente parece ser muy propio de nosotros.

Sin embargo, pude ver en su mirada el agradecimiento y la ternura que mi aceptación había causado.

Now Or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora