—¡Amy!
La hija del entrenador es un pequeño rayo de luz en una habitación donde reina el caos. Sartenes sucios en el lavaplatos, una mesa desordenada y todos los ingredientes usados con alguna basura seguía en la encimera.
—Lo limpiare, no entres en pánico —dice el entrenador conociéndome tan bien que empieza a recoger la basura—. Hawk, sírvele a Amy y dale su silla.
—¿Qué silla? —pregunta frunciendo el ceño, pero de igual manera se levanta.
—Dónde está tu trasero. Muévete.
Quisiera ser una buena invitada y decirle que no hace falta, tomar cualquier asiento en la mesa para seis personas y comer sin molestar a nadie. Sin embargo, el rostro malhumorado de Hawk da risa y esa silla ha sido mía desde que me senté en ella a los seis años y anuncié que le había pegado a una niña por llamarme "fea". El entrenador me dio helado para festejar y todo lo que quisiera comer.
Mamá no estuvo feliz.
—Hawk es nuevo. No sabe que todas tenemos un lugar en esta mesa —susurra Rosemarie en mi oído cuándo tomo asiento a su lado. Le agradezco al recibir una servilleta que me tiende y me sorprendo por un momento al verla.
—¿Hace cuanto no nos vemos, Rosmy? —pregunto sólo por confirmar, sonriendo enternecida cuándo lleva su dedo índice a su labio de forma pensativa.
—Hace ¿uno o dos meses? No lo recuerdo bien.
Había cortado su cabello hasta sus hombros, con un flequillo que cubría su frente y que remarcaba su dulce rostro. Tenía sus pómulos más rellenos, más coloridos y sonreía a pesar de que su diente aún no había salido del todo o tal vez sería más pequeño que los frontales...
Como sea, había algo en ella que había cambiado. Se miraba más alegre, con más ganas de vivir y sentí un gran alivio. Hay personas que piensan que los niños no extrañan a las personas que no llegaron a conocer bien, pero eso no es cierto. Creo fielmente que ellos son muy conscientes de la presencia y ausencia de cualquier persona. Por eso Rosmy siempre lucía desanimada, sufriendo internamente por la ausencia de su madre.
—Te ves más grande. Has crecido mucho en estos días —le digo sonriendo, agradeciendo luego a Hawk cuándo sirve mi comida.
—Hawk me está cuidando bien y papá ahora cocina rico. Tomo unas clases de cocina para preparar mi comida favorita y Hawk juega mucho conmigo —responde con tranquilidad, moviendo su cabeza de lado a lado al tararear una canción mientras habla y también agarra algo de su comida. Completamente inocente, sin percatarse de las miradas de todos sobre ella—. Así que ahora juego muchísimo más, aunque Hawk siempre pierde es divertido verlo enojarse. Es como un hermano mayor muy, muy molesto. También ahora que papá cocina mejor, me da más hambre y menos náuseas. ¡Oh y también hago estiramientos todas las mañanas para crecer más rápido!
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Now Or Never
Fiksi RemajaAmelia, la chica con las mejores notas del instituto, tiene un propósito muy claro en su vida: entrar a Harvard cueste lo que cueste. Sin embargo, nunca creyó que eso la llevaría a formar parte del equipo de porristas, a acercarse más al capitán del...