Amelia, la chica con las mejores notas del instituto, tiene un propósito muy claro en su vida: entrar a Harvard cueste lo que cueste.
Sin embargo, nunca creyó que eso la llevaría a formar parte del equipo de porristas, a acercarse más al capitán del...
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¿Que son las fiestas?
Celebraciones que suceden cuándo algo bueno ha sucedido.
¿Qué son las fiestas para los adolescentes en su último año de instituto?
Una forma de subir en la escala, tener a los populares en sus casas por una noche, tomar alcohol sin padres al rededor, incluso puede significar sexo. Mucho sexo bajo el afecto del alcohol, en los peores casos puede suceder algo peor que sexo sin protección.
Para mí las fiestas eran insignificantes, algo peligrosas y unas horas donde mi paciencia se esfuma al ver a tantos adolescentes reunidos para hacer estupideces.
—Aún me faltan dos meses para cumplir los dieciocho años. ¿Alguien que pueda encargarse del alcohol, por favor?
Ignoro a Ashley mientras sigo empujando el carrito de compras por el pasillo de los dulces, evitando mirar los tentadores Hershey's que me llamaban con sus voces hipnotizadoras. Obviamente sólo existen en mi cabeza, tal vez también en la cabeza de alguna de mis compañeras que parecían babear al ver las bolsas de chocolates, pero tenía fuerza de voluntad. No tengo una dieta estricta donde trato a los dulces y a los carbohidratos como a la peor cosa que podría sucederle a mi cuerpo, es sólo que de niña ya tuve un gran problema con mi alimentación y no podía volver a caer.
Me daba miedo que mi fuerza se esfumara gracias a un granito de dulce. A veces soy muy dura conmigo misma, pero es porque conozco mi cuerpo y mi mente en estos momentos.
Momentos en los que mi cabeza está en otro mundo, preocupada por Haizel y también por Kix.
—Entonces, ¿pasó algo entre tú y nuestro lindo Evenson?
Sabía que la pregunta de Psique iba a salir tan pronto como nos alejáramos de los demás, por lo que me maldije por haber salido del pasillo para ir al siguiente. Huyendo de la tentación, me encontré con el diablo.
Creo que prefiero volver a torturarme entre dulces a tener que responder a esa pregunta.
Pero como la buena sub-capitana que es, leyó mi mente, agarrando el carrito con una de sus manos para detenerme en seco.
