Capítulo 25

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No soy bueno guardando secretos

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No soy bueno guardando secretos.

Corrijo: soy muy malo ocultándole cosas a Amy, razón por la que ni siquiera intentaba ocultarle mis sentimientos, pero me guardaba muchas cosas porque no quería acabar con nuestra amistad.

En estos momentos estoy en una situación complicada en la que, si le decía lo que estaba sucediendo, podría causarle un grave problema.

"Oye, nena, cariño mío, bebé, el señor que te ha entrevistado y quien te ha caído muy bien es en realidad uno de los hombres que más odias en el mundo porque lastimó a tu mamá, las abandonó cuándo más ayuda necesitaban y dijo que no quería tener algo que ver con una hija que lo decepcionó y menos con una hija de un hombre pobre y sin futuro."

Dios, le provocaría un enfado tan grande que no me sorprendería si también golpeara al mensajero.

Y si, yo soy el mensajero.

—¿Quieres leer algo en especial? ¿Alguna biografía de algún futbolista conocido? —pregunta sacándome de mis pensamientos cuándo mira hacia él siguiente pasillo lleno de libros.

—No, tranquila. Disfruta, explora, curiosea, que en unos meses ya estarás aquí conociéndote todo de memoria.

Asiente no muy convencida, entrecerrando sus ojos como si estuviera diciendo "ajá, sé que te pasa algo, pero no investigaré el tema... Por ahora" y continuó mirando cada estante frente a ella.

Demonios, ¿Y si esto afecta su decisión? ¿Y si comienza a hacerse ideas de que la única razón por la que logró entrar a Harvard Es porque su "abuelo" es alguien importante aquí? Echaría todo su esfuerzo a la basura y se sentiría muy mal.

Estoy empezando a odiar muy fuerte a ese hombre.

Pegué un pequeño salto cuándo golpea mi cabeza con un libro. Fue un pequeño golpe, ni siquiera me dolió, pero me miraba con seriedad, esa mirada acusadora que también era matadora.

—Estás demasiado callado, incluso para estar en una biblioteca. ¿Qué te pasa?

—Estoy pensando. ¿No me dejarás pensar? ¿Te volverás toxic... ¡Ay! — me quejo cuándo ahora el golpe se repite y no siento tan suave como el anterior. Tomo el libro antes de ganarme otro golpe, tomando su mano para tirar de ella y así acercarla a mi cuerpo—. Sigue así y te quedarás con un novio tonto.

Rodeo su cintura con mi brazo, sonriéndole con ternura cuándo sus mejillas toman un leve tono rosa. Es muy inocente y tierna cuándo no estoy en medio de sus piernas.

—Aún no tengo novio... —murmura en voz baja, mirando mis ojos fijamente antes de hablar— sigo siendo soltera y libre.

Ruedo los ojos, aunque tenía razón ya que aún no hago la pregunta oficial, pero de igual manera hago que el libro que le quité golpee su trasero como un "castigo" por tales palabras.

Now Or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora