Capítulo 10

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—Si no te casas con Amy, te desheredo

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—Si no te casas con Amy, te desheredo.

La amenaza de mi madre me hubiera parecido muy divertida si Amy no estuviera a mi lado tomando una taza de chocolate caliente y mirándonos confundidos.

—Que graciosa, madre.

—¡Yo también quiero que Kix y Amy se casen! —gritó una sonriente Sophie, mirándonos a ambos con esos ojos brillantes llenos de inocencia—. ¿Kix, le pedirás matrimonio a mi hermana?

—¿Por qué todo el mundo habla de matrimonio ahora? —pregunta Amy queriendo parecer molesta, pero sus mejillas sonrojadas la delataban: sólo estaba avergonzada.

—Creo que podríamos pactar ese matrimonio. ¿Aún es legal tener matrimonio arreglados?

—¡Mamá! —exclamó, mirándola con sus grandes ojos abiertos en par en par, sorprendida ante la vergüenza que nos estaban haciendo pasar—. ¿Qué les pasa hoy que están insoportables?

Sucede que mi madre y la madre de Amy me conocen muy bien, algo que les ayudó a descubrir fácilmente mis sentimientos. Amy es muy inteligente en casi todo, pero en el amor parece ser un poco ciega. Así como no puede notar que el idiota de Hawk está interesado en ella, pero eso sí lo agradezco. Prefiero que sea ciega ante las indirectas de otros.

—¡Hicieron el frutifantastico! —gritó Sophie con alegría, haciendo que mamá jadeara sorprendida y que mi tía Marie se ahogara con su café—. ¿Puedo hacer el frutifantastico también?

Ambas estaban en shock, sin saber responderle a la inocente niña que las miraba a la espera de la respuesta, mientras que mi hermana aguantaba las ganas de reírse a carcajadas. Me mantuve tranquilo aunque en el fondo estaba riendo con muchas ganas, más aún cuando mi linda tía empieza a balbucear y a mover su poca como un pez.

Así que de allí lo sacó Amy...

—Sophie, cielo... —la llamó Amy con suavidad, ganando la atención de su hermana menor cuándo se arrodilla en el piso junto a ella—. ¿Qué crees que es el frutifantastico?

Las dos coletas a ambos lados del rostro de la pequeña se movieron de un lado a otro, llevando su dedo índice a su labio inferior para dar una expresión pensativa. Era muy dulce y divertida de ver, sobre todo cuando su madre parecía estar a punto de sufrir un ataque mientras enviaba mensajes a lo loco a no sé quién. ¿Alguna psicóloga tal vez?

Now Or NeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora