Amelia, la chica con las mejores notas del instituto, tiene un propósito muy claro en su vida: entrar a Harvard cueste lo que cueste.
Sin embargo, nunca creyó que eso la llevaría a formar parte del equipo de porristas, a acercarse más al capitán del...
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—¡Haremos un baile!
Los gritos de todos se unieron para celebrar el gran anuncio de Ashley, dejándome confundida ante la alegría de todos. Todos actúan como si hubiera anunciado que Madonna vendría a darnos un concierto privado cuando sólo es una pequeña fiesta en el salón del pequeño hotel "Sunshine's Smile".
—Y vamos a usar disfraces. Será un pre-Halloween.
Está bien, eso me interesa mucho más. Al menos ahora si podremos tener un concierto privado de una Madonna falsa. Aunque siendo honestos, prefiero a Lady Gaga.
—¡Y nos vestiremos iguales! —grita Ashley con emoción, dando pequeños saltos.
—¡Denegado! —gritamos Haizel y yo al mismo tiempo.
Estoy segura de que Ashley elegirá algo demasiado sensual, como disfrazarnos de actores porno. Hasta podría convencer a Froy de unirse, así él sería el calvo ese famoso. Ni siquiera sé por qué sé que hay un calvo, pero dejando eso de lado, me da mucho miedo dejar esa opción a Ashley.
—Solo estoy bromeando, escandalosas —dice rondando los ojos, apartando su cabello rubio de su hombro con un movimiento de cabeza, dándome cuenta cuando mira de reojo hacia la pared donde Kix y Rex están apoyados, esperándome para empezar con nuestro proyecto de historia.
Mi mirada va de Ashley hacia Kix, aunque este no parece darse cuenta de nada porque está muy ocupado hablando y riendo con Rex.
—Aunque sería lindo. Podríamos ser una banda o ir todos con uniformes escolares sexys, tal vez de alguna serie escolar o algo así —murmura Psique, golpeando su mentón suavemente con su dedo.
Espero que no diga de usar uniformes estilo novela juvenil, donde parece que las reglas de vestimenta se las pasan por donde no les da el sol. Es tan falso. En la vida real te ponen una advertencia, vas a castigo a la segunda y a la tercera no vuelven a dejarte entrar hasta que cumplas con la regla. Si es que tienen paciencia para esperar hasta la tercera advertencia.
Conclusión: esas novelas son más falsas que mis ganas de estar en la cima de la pirámide.
Y más falso que el cerebro de Froy.
Siento que me meto mucho con él, pero es que es muy divertido. Además, a él parece no importarle e incluso creo que disfruta que no lo trate como a un Dios griego y pidiéndole que me folle.
—¿Podemos aplicar la regla de libertad de expresión, por favor? —súplica Haizel, juntando ambas manos y mirando con ojitos a Psique—. Quiero vestirme de Barbie plástica para saber que se siente ser Ashley por un día.
Ashley y Haizel van a seguir en guerra hasta que nos graduemos, eso lo tengo muy en claro. Porque a diferencia de lo que Froy y yo tenemos, algo que nunca creí decir, ellas si arman una fuerte pelea que, algún día, llegaran a los golpes.
