Oscuridad.
Serena, vacía e ilimitada.
Tan hermosa y conmovedora como la muerte misma.
Tristemente hoy su serenidad habia sido interrumpida por una feroz batalla.
En medio de la ilimitada oscuridad dos figuras luchaban por la supremacía.
Un humano y un dragón.
De entre los dos.
Uno era un monarca entre las bestias que podia desdeñar a todas las demás razas.
Mientras que el otro era un humano, nacido de la raza mas débil.
Sin embargo aunque la raza Dragón era una de las mas poderosas en todo el universo, el humano no era mas débil que el dragón.
El aura que salia del cuerpo de los dos hacia que el espacio se rompiera y se destruyera a un ritmo alarmante.
Finalmente después de algunos segundos el humano hizo su movimiento. Una ley suprema se derramó de sus manos cuando nueve soles fueron conjurados sobre su palma.
De inmediato el vacío comenzó quemarse bajo el calor abrasador.
Las llamas doradas llenaron el espacio después de que los nueve soles cargaron ferozmente contra el dragón.
Cada sol se expandió y se volvió de un tamaño inmenso. Cada uno comenzó a quemar el espacio a gran velocidad.
El Dragón como un Emperador entre las bestias no pudo quedarse atrás. Justo en ese momento las escamas en su cuerpo parecidas a el polvo de estrellas se volvieron brillantes.
Innumerables estrellas danzaron en la oscuridad bajo una ley suprema formando un diagrama en el cielo. Una presión insuperable se extendió por todos los rincones del vacío.
El diagrama borro el cielo y choco contra los nueve soles. Un estruendo abrumador sacudió el espacio sin límites creando ondas y miles de fisuras espaciales.
El espacio fue destruido en un área de miles de millones de kilómetros a la redonda.
La tenue luz de las estrellas habia desaparecido junto con los planetas circundantes.
Las llamas esparcidas por el caótico espacio danzaban en medio de la oscuridad.
-¿Eso es todo?- Hablo el humano con burla.
¡¡Roar!!
En respuesta el furioso rugido de un dragón lleno por completo el lugar. Miles de estrellas surgieron como una marea furiosa con la intención de aplastar el mundo.
En ese momento cada estrella cayo de una manera feroz llevando consigo un poder supremo y una velocidad inimaginable.
Ante el ataque, el humano simplemente sonrió con desdén. El espacio a su alrededor comenzó a solidificarse y formar una barrera frente a el.
- Ley del espacio: innumerables mundos vacíos-
Miles de mundos se crearon dentro de la barrera
entre el humano y el dragónLas estrellas chocaron con la barrera. Cada estrella explotó y junto con su explosión un mundo dentro de la barrera fue destruido.
Miles de estrellas fueron destruídas y con ellas los mundos dentro de la barrera fueron diezmados a un ritmo alarmante.
Cada mundo era como una pared que separaba al humano del dragón.
Las estrellas atacaron cada mundo hasta destruirlo. El espacio de los alrededores hace mucho que habia sido destruido y ahora simplemente quedaba una negrura ominosa.