Blake salio de su estudio. Se sacudió toda su melancolía y volvió a su estado normal.
Preocuparse nunca era un buen plan.
Al entrar a la mansión, se dirigió de inmediato a la cocina.
Al ver a las tres hermanas ahí se acercó a una encimera con algunas frutas.
Mientras llenaba su boca dió sus órdenes.
— Iremos al laberinto, notifiquen a Welf y Mikoto. Los veré en la entrada en cinco minutos—
Las tres hermanas se miraron entre si antes de ponerse en marcha. En ese momento Hestia entró a la cocina con pasos suaves.
— ¿Te vas?— Preguntó la diosa.
Mientras devoraba algunas frutas, Blake la observo de reojo. Antes de confirmar con un pequeño ruido.
Tras terminar su bocado miro a la diosa.
— Iremos al laberinto. No puedo hacer el flojo ahora. Aunque el juego de guerra puede no ser un problema estoy seguro que habrá desafíos más adelante—
Hestia sonrió al ver el rostro del chico. ¿Quien diría que el niño llorón que había aceptado en su familia se convertiría en esto?.
— Además, dado que aceptamos a Welf y Mikoto en la familia Hestia los trataré como uno más de nosotros—
Hestia asintió. Ese era el espíritu de la familia Hestia. Levanto su puño hacia el chico y sonrió.
— Les mostraremos el poder de la familia Hestia— La pequeña diosa miro con una sonrisa a su dependiente.
Blake sonrió y asintió.
— No te defraudaré mi diosa—
Hestia sonrió de forma amorosa y beso suavemente el rostro del chico.
Blake le devolvió el beso a la diosa haciendo que está última se sonrojara.
— Volveré victorioso. La familia Hestia no será subestimada—
Hestia asintió con orgullo, sabiendo que Blake estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
Con un gesto de despedida, Blake salió de la cocina y se dirigió hacia la entrada de la mansión.
En la entrada de la mansión Welf y Mikoto charlaban con las tres hermanas. Cómo miembros de la familia Hestia y compañeras de Blake más antiguas sentían curiosidad sobre su estancia en la familia Hestia.
Blake sonrió al ver esto. Se adelantó rápidamente y saludo a todos con un asentimiento.
— Es bueno verlos con energía—
Mikoto se puso recta de inmediato y saludo a Blake con admiración.
— ¡Es bueno verlo, capitán!—
Todos mostraron expresiones extrañas al presenciar esto. Welf incluso pensó que la chica estaba exagerando.
Blake por otro lado sonrió de forma avergonzada y sacudió sus manos.
— No hay por qué ser tan formal, Mikoto. Ahora estamos dentro de la misma familia y espero que puedas tratarme como a un compañero cualquiera—
Mikoto miro el rostro del chico antes de asentir.
— Yo… lo intentaré, Bell-dono—
Blake asintió. Aunque aún no le gustaba que añadieran honoríficos a su nombre al menos era un avance.
