En la sede de la familia Ishtar.
Phryne, aún aturdida y con un dolor punzante recorriendo su cuerpo, se sentó en uno de los sofás de la sala principal con un rostro sombrío.
Las Amazonas la miraban con una mezcla de temor y vergüenza, sus caras pálidas y sus cuerpos tensos.
El orgullo de las Amazonas había sido destrozado al ser vencidas tan fácilmente por un hombre.
Aisha, aún recuperándose de la pérdida de conocimiento, se apoyó en una de las Amazonas cercanas, sus ojos llenos de furia y humillación.
-No podemos permitir que Ishtar-sama se entere de esto -dijo Aisha, su voz temblando con una mezcla de rabia y desesperación.
Phryne gruño con fastidio. Pero Aisha tenía razón.
Eran una de las fuerzas más poderosas de Orario, si las noticias de que un hombre se había infiltrado en la besa de la familia Ishtar y había vencido a sus mejores guerreras se extendieran sería desastroso para su reputación.
Phryne froto su mandíbula dolorida, con odio.
- Ishtar, no debe enterarse. No podemos permitir que se sepa que hemos sido vencidas por un hombre-
Aisha asintió, consciente de la gravedad de la situación. Sabía que Ishtar no toleraría la debilidad, y su ira sería implacable.
-Nos dividiremos y lo buscaremos -ordenó Aisha, su voz recuperando la firmeza.
- No puede haber ido muy lejos. Phryne, tú y tus seguidoras vigilen las salidas. No podemos dejar que escape-
Phryne gruñó.
- Lo buscaré, ustedes vigilen las salidas. Haré picadillo de conejo si lo encuentro-
Las otras Amazonas comenzaron a moverse rápidamente, sus músculos tensos y sus rostros marcados por la determinación.
Las Amazonas se dispersaron rápidamente por la sede de la familia Ishtar, sus pasos resonaron en los pasillos mientras se preparaban para buscar a Blake.
Aisha, lideraba a un grupo, mientras Phryne y sus seguidoras tomaban posiciones cerca de las salidas.
Phryne, aún furiosa y avergonzada por la humillación sufrida, caminaba con paso pesado, su mirada fija en cada sombra, esperando cualquier movimiento que delatara la presencia de Blake.
-No puede haber ido muy lejos -gruñó a sus seguidoras.
- Si lo ven, no duden. Ataquen con todo lo que tienen.-
Mientras tanto, Aisha y su grupo se movían más sigilosamente, conscientes de la necesidad de no alertar a otros miembros de la familia Ishtar sobre la situación.
Sabían que si Ishtar descubría su fracaso, las consecuencias serían severas.
-Recuerden, necesitamos atraparlo antes de que cause más problemas -dijo Aisha en voz baja
- Si logramos capturarlo, podremos presentarlo ante Ishtar-sama como un trofeo, en lugar de enfrentar su ira.-
Las Amazonas asintieron, sus rostros reflejando la tensión del momento. Sabían que la reputación de su familia y su propio cuello estaban en juego.
En ese momento las amazonas causaron mucho alboroto. Aunque tenían una amplia red de información en el distrito del placer no la utilizaron.
Aisha sabía que si causaba un gran alboroto no podía ocultarle nada a Ishtar.
Y en ese momento tendría que explicarlo todo.
Aisha soltó un suspiro cuando sus pensamientos se dirigieron hacia cierta renard