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-Lily: ¡Buenos díiiias!- Canturreó la pelirroja el sábado de Halloween- ¡Arriba! ¡Venga! Hoy va ha ser día de la amiga, nada de los otros cuatro mínimo hasta el banquete de esta noche.

-Elara: De acuerdo, de todas formas Rems está desaparecido desde anoche.

-Lily: ¿Y eso?- Me encogí de hombros sin saber-.

Ambas nos duchamos y nos vestimos con ropa corriente ya que hoy, al ser día sin clases, podíamos ponernos lo que quisiésemos.

Yo me vestí con el precioso jersey escarlata con rayas ocres de Gryffindor, de un modo u otro, había que marcar territorio. Dejé mi cabello suelto a excepción de un mechón atrapado por una horquilla igual amarilla.

Después de prepararnos bajamos a desayunar donde convencí a Lily de sentarnos aunque fuese junto a los tres chicos.

-James: Buenos días hermanita, buenos días Lily-Flor.

-Lily: No me llames así, Potter- comentó molesta por la repetición del mote desde mediados de septiembre-.

-Elara: Hola Jamie, Siri, Pet- los saludé con una sonrisa, estos me devolvieron el saludo-.

-Lily: Ela, ¿Qué te parece si vamos a dar una vuelta luego por el lago?- dijo captando mi atención. Yo miré a los chicos-.

-Elara: Esto... Sí... Bueno... Se me olvidó decirte que esta tarde tengo detención.

-Lily: ¿Detención por qué? ¿Qué habéis hecho ahora?- nos miró a los cuatro-.

-James: Varias cosas, aunque también es lo que vamos ha hacer, pelirroja- comentó con una sonrisa de oreja a oreja-.

-Elara: Y sobre lo de que hemos hecho pues... Explotar todos los calderos del aula de pociones, poner trampas en las escaleras...

-Sirius: Pegar al suelo a Quejicus en medio del pasillo...

-Lily: Pegar a ¿¡Qué!?

-Peter: Tranquila Lily, solo era una broma.

-James: Sí, además, Quejicus se lo merecía.

Lily nos fulminó con la mirada.

-Lily: ¡Dejad de llamarlo así! ¡Su nombre es Severus!

-Elara y James: ¡Quejicus!

-Lily: ¡Iros a la mierda!- se comenzó a levantar pero se acordó de algo- ¡Y dejad de merodear a altas horas de la noche, que todo el colegio lo sabe! ¡Conseguiréis que Gryffindor pierda la copa de la casa!

Se termino de levantar enfadada y se fue a la mesa de las serpientes a sentarse con el grasoso.

-Elara: Oficialmente, somos los Merodeadores- dije con un brillo en mis ojos. Los demás chicos sonrieron-.

-James: Bueno, parte uno del plan ¡Listo!

-Sirius: Parte dos, ¡Encontrar a Lupin!

Pasamos toda la mañana buscando a Remus pero este no estaba en ningún lado. Durante la primera detención de la tarde, con la profesora McGonagall, nos comentó que estaba ausente ya que su madre había enfermado, así que no tuvimos más opción que creerle.

Durante la segunda, y última, detención del día nos dedicamos a perfeccionar la broma que haríamos en el banquete de esta noche.

-Peter: ¿Estamos seguros de hacerlo?

-Sirius: ¡Pues claro!

-Slughorn: ¿Qué estáis tramando, muchachos?

-Elara: Nada profesor- dije poniendo una sonrisa inocente-.

Al final la hora había llegado. Ya estábamos a las puertas del gran comedor siendo los últimos alumnos en entrar.

-Sirius: ¡Lupin!

El mencionado apareció caminando con total tranquilidad hacia donde nos encontrábamos, con las manos en sus bolsillos y el cabello castaño claro medio despeinado. Caminaba de tal forma como si no llevase desaparecido un día completo.

-James: ¿Donde te habías metido, amigo? ¡Ya pensábamos que no aparecerías!

-Remus: ¿Y perderme la gran broma? ¡Eso sí que no!

Cuando se hizo total silencio dentro del gran comedor decidimos entrar en acción. Con un movimiento de varita la puerta del salón salió disparada en varios pedazos, reteniéndose a milímetros de la cara de los estudiantes, sin llegar a dañarlos. Acto seguido, todos los fantasmas de la escuela sobrevolaron por lo alto, dirigidos por Peeves, a quien Merlín sabe como lo habíamos convencido.

Con otro movimiento de varita, todos los huesos de pollo comenzaron a juntarse formando un gran esqueleto bailarín que animaba el ambiente. Aunque no duró mucho ya que poco después cayeron al suelo fundiéndose con este y siendo sustituido por un líquido rojo espeso similar a la sangre, el cual si te tocaba te saldrían horribles sarpullidos que durarían semanas. Casi ningún alumno se salvó, solo la mayor parte de la mesa de los leones.

Para finalizar, hicimos aparecer una enorme calabaza la cual dejaba las cuatro largas mesas en su interior. Una vez dentro, guiadas por las varitas, comenzaron a aparecer grandes letras que bailaban al compás de la música, la cual llevaba sonando desde el comienzo del banquete. Finalmente, una única palabra se formó. "Merodeadores".

Toda la mesa de Gryffindor comenzó a aplaudir, incluso algunos alumnos con enormes marcas rojas en la piel no pudieron resistirse. A pesar de todo, había sido un espectáculo hermoso. Esa coordinación y creatividad que había que haber para hacerla, en unos niños de tan solo 11 años...

-Remus: ¿Merodeadores?- Preguntó con una sonrisa mirando el nombre-.

-Elara: Merodeadores- Afirmé con la misma sonrisa-.

Pero, al fin y al cabo, la diversión no podía durar eternamente.

Una tos nos llamó la atención. Y allí estaba, con su sombrero verde puntiagudo y su túnica perfectamente colocada. Nos miró con una mirada serena.

-McGonagall: Creo que no hace falta ni que os diga que estáis castigados, ¿cierto?- los cuatro asentimos sonriendo-.

ՏᎻᏆΝᎬՏͲᎪᎡՏ /ѕιяιυѕ ϐℓαϲκ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora