.14. 1/4

139 8 0
                                    


El mes de Noviembre se había pasado volando y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos a punto de subir al tren que nos llevaría a casa.

El cumpleaños de Sirius, el cual había sido el 3 de noviembre, la pasamos increíble. Durante el día nos la pasamos gastando bromas a todo el que se nos cruzara, perdiendo así variedad de puntos. Luego, por la noche, hicimos una especie de pijamada los cinco en la habitación de los chicos, donde me había quedado a dormir.

Por el lado académico, habíamos estado ocupados con bastantes exámenes, los cuales me salieron bastante bien pero, ¡Nos habían mandado muchísimas tareas para las vacaciones!

-James: ¿Que vais ha hacer estas vacaciones?- preguntó mientras desayunábamos en el gran comedor-.

-Peter: ¡Yo me iré a París con mi familia!- dijo contento-.

-Remus: Yo no lo sé- *estar encerrado en un sótano para así no matar a nadie durante esta luna llena*-.

-Sirius: Yo tampoco lo sé- *intentar sobrevivir de mi familia*- Supongo que ir a los banquetes navideños que hacen mis padres con otros lunáticos de la pureza.

-Elara: Lo mío ya lo sabes, Jamie- le dije con una sonrisa-.

-Remus: ¿Que vais hacer?

-James: Ir a jugar a la nieve, dormir junto a la chimenea, jugar Quidditch, cenar en familia... ¡Casi se me olvida! ¡Ir a jugar con la nieve!

Después de desayunar subimos al tren. Bajo la insistencia de Remus, aprovechamos el largo viaje en hacer gran parte de las tareas mandadas.

Llegamos a la estación bien entrada la noche, cuando todo ya era penumbra. Aunque esa oscuridad se sustituyó por la calidez de los familiares que esperaban en el andén, preparados para dar un fuerte abrazo a sus hijos.

Recogimos nuestros baúles y bajamos del tren. Allí me encontré a mamá con una gran sonrisa y los brazos abiertos. Rápidamente salí corriendo a abrazarla seguida de James. Después, le presenté a los demás merodeadores.

-Elara: Mira mamá, este es Remus- el mencionado saludó tímidamente- Este es Peter- el chico sonrió- Y este es Sirius- El ni volteó, estaba muy ocupado mandando miradas nerviosas a la multitud-.

-Euphemia: Un gusto en conoceros, chicos- sonrió amablemente-.

-Elara: Bueno, ¡nos vemos al final de las vacaciones!- los abracé a los tres-.

-Sirius: No me escribáis.

Fue lo único que dijo antes de caminar hacia un punto de la estación donde una señora delgada y alta, y un señor alto pero algo regordete lo arrastraron hacia las chimeneas.

-Remus: ¡Os escribiré cuando pueda!- dijo despidiéndose con la mano mientras caminaba hacia un señor el cual le sonreía-.

-Peter: ¡Yo también!- rápidamente desapareció entre la multitud-.

-James: Bueno hermanita, ¿preparada para jugar con la nieve?

-Elara: Tienes un serio problema con la nieve, James- dije riendo-.

Por medio de aparición llegamos a nuestra humilde casa, aunque de humilde no tenia nada. Era una enorme mansión de dos pisos y ático, con un gran jardín donde la pasábamos jugando James y yo de pequeños.

Al entrar estaba todo igual que hace tres meses, solo que el desorden de nuestro curto, de James y mío, había sido remplazado por orden.

-Fleamont: ¿¡Como está mi hija favorita!?- preguntó nada más verme-.

-James: ¡Papá!- exclamó indignado-.

-Fleamont: ¡Es broma, es broma! Ya sabéis que no tengo favorito- en un tono aún más bajo exclamó- o sí- James hizo un falso puchero- ¡Qué no!

-Euphemia: ¡Monty! Deja ya de marear a los chicos. Ahora, quiero saber, ¿qué tal Hogwarts?

Entre los dos comenzamos a contarles nuestra estadía en el colegio, la cual fue increíble. No omitimos ningún detalle, ni siquiera las diversas trastadas que hemos hecho en los pocos meses que llevamos en el castillo.

-Fleamont: Y... ¿Hay algún chico o chica?- puso cara pícara-.

-Euphemia: ¡Monty!

-Fleamont: ¿Que? Yo solo pregunto.

Yo me sonrojé entera.

-James: Puede que Ela se haya encariñado mucho con cierto pelinegro.

-Elara: ¡Y tú con la pelirroja!- añadí a la defensiva-.

-James: ¡Claro que sí! Pero yo lo admito, al menos... Espera, ¡no me lo has negado! ¡A Ela le gusta Sirius, a Ela le gusta Sirius!- comenzó a canturrear-.

-Elara: ¡Cállate! ¡No me gusta Sirius!- si me hubiese podido poner aún más roja, os aseguro que me hubiese puesto-.

El resto de las vacaciones pasaron genial. Niños corriendo por un lado, niños corriendo por otro lado. Cenas familiares. Charlas hasta la madrugada con James. Guerras de bolas de nieve. Partidos de Quidditch a los que James me obligó a jugar. Bromas hacia mamá y papá. ¡Y mucho más!

Además, intercambiamos bastantes cartas tanto con Peter como con Remus. Pero ninguna de Sirius.

Pero, aún así, podría afirmar que estas habían sido las mejores navidades de mi vida. Aunque la mitad del tiempo también habíamos estado haciendo deberes.

Pero una cosa no quita la otra, al igual que nadie nos podía quitar las ganas de volver al castillos y reunirnos con nuestra 3/5 parte.

La 3/5 parte de los Merodeadores.

ՏᎻᏆΝᎬՏͲᎪᎡՏ /ѕιяιυѕ ϐℓαϲκ/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora