ՏᎻᏆΝᎬՏͲᎪᎡՏ /ѕιяιυѕ ϐℓαϲκ/

.21.

Desperté en la enfermería con un fuerte dolor palpitante en la cabeza y en mi hombro derecho. Dolía como mil demonios. Solté un gemido de dolor al intentar incorporarme entonces noté la presencia de una cabellera rubia sentada en una silla próxima a mí camilla.

-Pandora: ¡Has despertado!

-Elara: ¿Que ha pasado?

-Pandora: Un hombre lobo te ha atacado.

Automáticamente pensó en Remus. No porque pensaba que fuese el, simplemente se le vino en mente.

-Pandora: Jason Lamark, un chico de sexto, es un licántropo- continuó contando- Aquí en Beauxbatons no es ningún misterio, todo el mundo lo sabe, ¿No te lo he contado antes?- la Potter nego- Ah pues ya lo sabes- dijo en un tono bajito-.

-Madame Maxime: Señorita Potter- dijo entrando por la puerta- ¿Que tal se encuentra?

-Elara: Bien, supongo.

La directora la miró.

-Madame Maxime: Debo decirte que lo que hiciste fue imprudente, ¿entrar a una habitación aún sabiendo la situación de su compañero?

-Pandora: P-Pero, madame, no ha sido culpa suya, ella no lo sabía.

-Madame Maxime: Silencio, señorita Lestrange. Señorita Potter, quiero verla en mi despacho tan pronto como salga de la enfermería.

-Elara: Sabes si... Ya sabes, si me llegó a morder.

Le preguntó a la rubia de su amiga.

-Pandora: He oído hablar a la enfermera con la directora. Jason no llegó a clavarte completamente los dientes en tu hombro, pero si lo arañó profundamente con estos. No saben si te has convertido en licántropo o no, pero lo más provable es que no al no haber sido mordida completa.

La Potter asintió algo preocupada.

Sobre el mediodía le dieron el alta en la enfermería, así que corrió a ver a la directora del colegio.

-Elara: ¿Quería verme?

-Madame Maxime: Si, adelante. Seientese.

La chica obedeció.

-Madame Maxime: Supongo que Lestrange ya te habrá explicado la situación así que, hemos pensado que dada tu rivalidad con Malfoy y su grupito, y tu posible nueva condición, tal vez sea lo mejor que vuelvas a Hogwarts.

Elara abrió los ojos de par en par ¿Volver a Hogwarts? Por supuesto que no tenía inconvenientes. Volver a Hogwarts significaría volver a ver a su familia y amigos pero, ¿Por qué?

-Madame Maxime: Ya hemos contactado con tus padres y estos vienen en camino- continuó explicando- Quiero recalcar que nadie te está echando de la escuela, solamente buscamos lo mejor para ti y tu posible nueva condición.

De pronto la puerta del despacho se abrió y aparecieron por ella los señores Potter.

Ambos habían envejecido. El pelo canoso de ambos iba acordé con las ya notorias arrugas de los dos mayores. Pero en el momento en que Euphemia le sonrió, sabía que nada había cambiado.

-Euphemia: Como está mi princesita- preguntó mientras rodeaba con sus brazos a su hija- ¿Te duele algo? ¿Estas herida? ¿Todo en orden?

-Elara: Se puede decir que si, mamá, todo en orden. Más o menos.

-Fleamont: Nos han contado lo ocurrido, hija- dijo mientras besaba la cabeza de su hija como siempre había hecho- Espero que sepas que, pase lo que pase, estaremos a tu lado.

La pequeña Potter sonrió.

-Elara: ¿Y James? ¿No ha querido venir?

-Euphemia: James estaba en casa jugando con Peter y Remus- respondió con su tono calmado y cariñoso de siempre- Pero no te preocupes, Ela, pronto lo verás.

Una tos algo bastante falsa interrumpió.

-Madame Maxime: Todo precioso, muy bonito pero no acaba aquí. Ya que están aquí, me gustaría contaros que, el tiempo que lleva aquí, Elara Lynnette Potter ha incumplido bastantes normas.

Euphemia fulminó con la mirada a su hija mientras que Fleamont le sonreía.

Algo le decía a Elara que su hermano tampoco era muy tranquilo allí en Hogwarts.

-Madame Maxime: Cuando llegó aquí, entró en conflicto con Carina Malfoy, Dione Abbott y Mérope Bulstrode. También gasto incontables bromas y puso en peligro la seguridad de todos los alumnos. No se qué pensaba cuando entró a aquella habitación anoche.

-Elara: Si me permite intervenir, señora directora, yo no entré por placer. Fue todo una trampa por mi queridísima amiga Carina y sus secuaces. Yo que usted las mantendría vigiladas.

Siguieron discutiendo, la directora atacando y Elara defendiendo mientras que los señores Potter pasaban su mirada de una a otra sin saber si intervenir o no.

Finalmente ninguna ganó, así que decidieron retirarse.

-Euphemia: Cualquier cosa me escribes, ¿Vale cariño?- besó su cabeza- Nos vemos en dos semanas, pequeña.

-Fleamont: Cualquier cosa, eh. Hasta pronto princesita- se despidió de su hija y se marchó junto a su esposa-.

El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos y, sin darse cuenta, era al día siguiente cuando marcharía hacia Hogwarts.

Estaba nerviosa. No había visto a James, Sirius, Remus y Peter en dos largos años y no sabía que esperar. ¿Habrían cambiado? ¿Podrían seguir siendo amigos? ¿Sería todo como antes?

-Pandora: ¿En qué tanto piensas, Potter?- le preguntó a su amiga-.

-Elara: En nada, Dora, solo pensaba en que mañana me voy de vuelta a Hogwarts. Y lo más probable es que no te vuelva a ver.

-Pandora: No digas eso. Mantendremos el contacto, claro está, tu no te preocupes.

-Elara: Tienes un corazón muy grande, ¿Sabías? Te voy a echar mucho de menos. En este tiempo has sido mi mejor amiga y en poco tiempo te has vuelto muy importante para mí.

-Pandora: Elara Potter poniéndose sentimental- dijo con burla-.

-Elara: Gracia por arruinar el momento- añadió con gracia- Por una vez que sincero mis sentimientos.

-Pandora: Yo también te quiero, Ela. Siempre.

-Elara: Siempre.

Y ambas se fundieron en un largo abrazo.