❝ Ven a mi casa, vamos a morir juntos.
Nuestra amistad es algo que debería durar para siempre. ❝
Detención los unió, más un muñeco maligno los obligó a aliarse.
Buffy Sloane y Junior Wheeler tienen vidas completamente diferentes, lo único que los vu...
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¿Desde cuándo los humanos comenzamos a separar nuestra mente de nuestro corazón?
16:30.
Esa fue la hora que declararon muerto al profesor Flemming y 15 minutos más tarde al conserje.
Junior y yo pudimos ser ellos.
Estábamos a salvo, pero... ¿A qué precio?
La imagen sin vida del profesor de educación física aún rondaba en mis pensamientos. Según dijeron un golpe en la cabeza fue lo que lo mató, aun así no pudieron explicar por qué tenía lápices clavados en los que solían ser sus ojos.
Como si aquel acto no fuera venganza, sino diversión.
—Señorita Sloane, soy la detective Evans, espero que no sea un inconveniente interrogarla en estos momentos.
Alce ligeramente la cabeza encontrándome con la madre de uno de mis compañeros, Devon Evans. Sus personalidades eran como dos gotas de agua, agradables y firmes.
—Adelante.
La mujer se sentó frente a mí, entre sus manos cargaba una libreta y bolígrafo, si no la conociera diría que aún no lograba conectar nada de la supuesta investigación. Aquí en Hackensack se considera que los crímenes son todo menos normales, este no era la excepción.
—Okay, comencemos recapitulando los hechos ¿te parece?
Asentí ligeramente y coloqué mis manos sobre mis rodillas, por más inocente que sea tenía nervios.
—Según me informaron Junior Wheeler y usted se encontraban en el salón de clases cuando el profesor de educación física desapareció, ¿cierto?—afirme y luego fruncí el ceño—. Detállame la situación por favor.
No sé si eran los nervios, pero todo se estaba volviendo borroso en mi mente. ¿Quién salió primero? Junior o yo. No, yo. No, fue Junior y después fui al baño, algo paso en el baño, o eso creí. Luego llegue y nadie estaba ahí, no, Junior estaba ahí.
Maldita sea, esto es muy difícil.
—¿Buffy?—la detective colocó una de sus manos sobre mi hombro y exhaló con pesadez—. Respira y dime lo que recuerdas.
—Pues...—comencé a jugar con los bordes de mi sudadera, la cual se encontraba ligeramente manchada de la sangre de mi antiguo profesor—, el señor Flemming... nos dio un tipo de receso y fui al baño... luego de eso cuando volví ya no estaba, solo se encontraba Junior ahí—Evans comenzó a escribir en su libreta a medida que iba soltando los detalles.