Extra: Buffy & Junior

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El lenguaje de las flores.

No lo conozco con exactitud, sin embargo, esta mañana cuando compre un ramo de flores amarillas la chica del mostrador me dijo que su significado va ligado al amor, cariño y tristeza.

Ojalá tuviera las palabras para describir lo que siento en estos momentos.

No las hay, simplemente estoy agradecida por seguir con vida.

Aunque siendo sincera, si tuviera la oportunidad de hacerlo todo otra vez no cambiaría nada.

Porque al final cada sentimiento ya sea triste, feliz o neutro, nos recuerda que somos humanos.

—¿Crees que estarían decepcionados de mí?

La brisa del invierno estaba en su punto más alto, el cementerio le daba una pizca de nostalgia a nuestro tema actual de conversación, aun así le respondí de la forma más cálida posible.

—Yo considero que tus padres querían lo mejor para ti—coloqué una mano en el hombro de Junior.

Pasear aquí ya era una costumbre, las primeras veces fue difícil convencerlo de venir a enfrentar la tumba de sus padres, pero al final lo logré.

Era como mi nuevo superpoder, puedo persuadir a las personas para que hagan cosas buenas.

Ya no había lágrimas que derramar, solo arrepentimiento.

Nos quedamos observando las lápidas del señor y la señora Wheeler, si no hubiera sido por mi valentía de esa noche quizá Junior y yo estaríamos junto a ellos en estos momentos.

—Deberíamos irnos—habló Junior, y yo asentí.

Mi recuperación seguía siendo lenta, había veces que aún dolía reír, y la cicatriz que me dejó la apuñalada seguía atormentándome.

Nos tomamos de las manos y caminamos fuera del cementerio.

Nuestras vidas no eran más sencillas, sino que era todo lo contrario, aun así decidimos encontrar un balance.

Lo único bueno que salió de esto fue que mis padres entendieron que ellos no eran lo mejor para mí.

—¿Todavía planeas irte a vivir con tu tía?—me preguntó.

Suspire.

Odiaba la idea de irme por unos meses.

—Mis padres creen que es lo mejor.

Eso es lo divertido de los progenitores, pueden llegar a destruirte, pero en algún punto intentan repararte, como si la crianza fuera algo que pudiera olvidarse.

Y aquí nos despedimos.

Llegamos a la entrada de mi casa, como era de costumbre soltamos nuestro agarre y nos miramos.

Sabíamos que no era el fin, en realidad, Chucky seguía a nuestro acechó.

—¿Te veo mañana?

—No si yo te veo primero—sonreí y luego mordí mi mejilla por dentro.

Se despidió de la mano, no obstante, ya estaba harta de dejarlo ir, así que lo tome de los hombros y por primera vez pude besar sus labios sin sentir culpa por arrepentimiento.

No era un beso de despedida, sino un hasta pronto.

Apenas sentí su tacto sobre mis mejillas, y lentamente nos separamos.

Oh, Junior Wheeler, ojalá te hubiera conocido en otras circunstancias.

—Hasta mañana—me sonrió.

Wow.

Sí que tenía una linda sonrisa.

—Adiós.

Mire como su figura desaparecía por la calle y luego suspire.

Una chica y un chico, rotos por la misma razón, y unidos por la misma razón.

¿Qué nos deparará el futuro?






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