❝ Ven a mi casa, vamos a morir juntos.
Nuestra amistad es algo que debería durar para siempre. ❝
Detención los unió, más un muñeco maligno los obligó a aliarse.
Buffy Sloane y Junior Wheeler tienen vidas completamente diferentes, lo único que los vu...
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Parte 1
En este mundo hay tres cosas que no pueden ocultarse, el sol, la luna y la verdad.
Hay veces que uno debe mentir para ocultar una verdad inexplicable, y eso es justo lo que haremos respecto a la muerte de los padres de Junior una vez que llegue la policía.
—Mi madre no tardará, deberíamos ocultar todo esto—dijo Devon, mientras señalaba lo que quedaba del muñeco.
Por alguna extraña razón, Chucky sangraba, a pesar de ser solo plástico y tela barata, que horror.
—Bien, entonces manos a la obra—dije poniéndome de pie, alejando las manos de mi ropa, ya suficiente tenía con haber matado al muñeco, ahora no quería ensuciarme con su asquerosa sangre.
—Oigan, ¿Junior estará bien?—pregunto Lexy, desde las sombras, aún no habíamos podido arreglar la electricidad.
—Chucky dijo que estará bien, supongo que lo drogo o algo así—hice mi camino hasta el baño, sin dejar de mirar a los chicos y al cadáver de Chucky.
Agache mi cabeza hasta la altura del lavabo, donde comencé a quitarme los rastros de sangre que me dejó aquel horrible monstruo, siendo sincera, revivir esa imagen en mi cabeza me llenaba de satisfacción. Su muerte me enorgullecía. Por esa razón, estaba completamente segura de que ya no era la misma niñita asustada de detención, ahora era diferente.
Junior me hizo diferente.
—No me jodan—habló Lexy, sacándome de mis pensamientos—. La policía ya está aquí—se alejó de la cortina y luego los cuatro nos vimos entre sí.
Creo que alguien va a meterse en serios problemas.
Los minutos pasaron, se volvieron un infierno para mí.
Primero, la detective Evans cuestionó a su hijo de todas las formas posibles, también a nosotros. Por suerte, ya teníamos todo planeado: inventamos una historia.
Se dijo que la fuga de gas los noqueó, así causándoles una muerte segura a los padres y un desmayo temporal a Junior.
Nos tuvieron bajo la mira un buen rato, los forenses entraban y salían de la casa Wheeler, buscando pruebas de que sus muertes fueron causa de un accidente y no un homicidio.
La cosa se veía mal.
—¿Cuándo podremos irnos?—mi urgencia principal era ver que todo estuviera bien con Junior, también el que tenía que explicar, consolar, o simplemente estar para él.
