【12. Deseo】

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2014

Tom

Caí rendido ante la hermosa sonrisa que tenía Kai. Me encantaban los niños, así que no me molestaba en lo absoluto su presencia. Al contrario, mi cumpleaños había mejorado tan solo por él y su dibujo. Había sido la primera vez que ponía un dibujo en mi refrigerador, esperaba con ansias hacer ello en el futuro con mis propios hijos y con Sofía mirándonos, tal como en aquel entonces. Quería todo con ella, el presente y el futuro. Pues, por qué no quererlo si cualquiera en su sano juicio se volvería loco por ella. Yo era prueba de aquello. 

Sofía se encargó de abrochar el cinturón de Kai en los asientos traseros del auto para luego subir como copiloto. No perdí ni un segundo, apenas prendí el vehículo, para depositar mi mano en sus muslos. Disfrutaba cualquier contacto con ella, y no poder tomarla de la mano o abrazarla en las calles me mataba, pero antes que todo respetaba su decisión. Al menos, me permitía añorar los días en los que podríamos querernos sin importar la opinión de las personas.

Conduje habilmente mientras los tres cantábamos canciones que sonaban en la radio, bailé tontamente para que ambos rieran. Primero admiré la risa de Sofía, quien no podía verse más hermosa a pesar de lo que había pasado en la madrugada. Moví mi cabeza de un lado a otro para no pensar en ello. Levanté mi mirada para ver por el retrovisor a Kai reir, lo que me hizo sonreír inconscientemente. Me recosté más relajado en mi asiento pensando en la hermosa compañía que tenía y que, si mis fines de semana desde ahora serían así, realmente sería muy feliz. Ella, él y yo, una familia, me encantó esa ilusión. 

Aproveché en adorar a Sofía y su nueva apariencia cada vez que nos encontrábamos con un semáforo en rojo. Su cabello ahora era dorado, y se veía hermosa. Siempre lo hacía, aunque debía de admitir que su cabello natural le daba el toque de "Sofía" (su nombre entre estrellas y corazones porque las palabras no me alcanzan para describir lo gloriosa que es mi mujer). Se había pintado su cabellera para interpretar a Virgilia y por una pasarela de Victoria Secret a la que asistiría como uno de los ángeles, papel que a mi opinión iba perfecto con ella. Según lo que me comentó en uno de nuestros almuerzos tras las prácticas del teatro, se había introducido un poco al mundo del modelaje, solo por curiosidad, mientras cursaba en la universidad; pero las marcas se emocionaron mucho, le pagaron clases privadas e individuales de modelaje y la lanzaron a las más grandes pasarelas, a las cuales llegó con mucho éxito. Recuerdo haberme quedado al menos una hora mirando sus fotografías cuando modeló en el Victoria's Secret Fashion Show del 2012 donde Rihanna cantó Diamonds.

— Pero lo dejaré, esa industria es realmente pesada con los regímenes alimenticios y de entrenamiento.— me comentó aquella vez— No me gusta tener esta contextura, generalmente peso 59 kilos, pero para ellos eso es demasiado. No me dejan comer pizza en paz. Además, no me gusta, solo quería experimentar y terminé haciéndolo durante los dos años de carrera hasta ahora.— hizo una mueca— Pero, ¿si estoy desperdiciando una gran oportunidad? Creo que estoy siendo mal agradecida. . .

Recuerdo haber callado sus inseguridades con un beso y apoyarla en su decisión de dejarlo, si no era lo que le hacía feliz no tenía caso que continuara con ello. Seguí concentrándome en el camino mientras anotaba en mi mente que en dos semanas sería la pasarela, y obviamente estaría allí. No me importaba que salieran aun más teorías de ambos, moría por apoyarla en todo. ¿Moría mucho por ella? Tal vez, pero no me gustaba la frase "vivir por ella", porque vivía por mi, y ello era maravilloso porque podía quererla; pero si vivía por ella, ¿cuando vivía por mi? Reí en mi mente, aparte de poeta, al parecer también me volvía filósofo por ella. 

Divisé el hotel que Benedict me había recomendado para escaparme sin tener que ir tan lejos de Londres. Tras una hora de viaje, estacioné frente al no tan gran hotel, pero sin dudas lujoso. Kai saltó del vehículo apenas se detuvo, así que seguí con mi mirada su recorrido para vigilarlo, ingresó a la recepción saludando con emoción a quienquiera que se encontrara en su camino, y las personas le respondían condescendientes, probablemente notando su enfermedad.

Somebody to love [Tom Hiddleston y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora