【18. Juntos】

436 40 128
                                    

2014 

Tom 

— ¿Qué tal este? — Sofía salió del vestidor por tercera vez modelando un vibrante vestido largo de color rojo. Me faltaban palabras para describir lo hermosa que se veía, no habían inventado aun sinónimo digno de ella. 

— Mi amor, te ves preciosa con cualquier vestido. —me levanté y acomodé una parte de la prenda que estaba doblada.— Aunque he de admitir que me gustó más el primero, marcaba mejor tu figura. —puse mis dedos en su cadera. 

— Oye. —palmeó mi mano y la apartó de ahí, sonrojándose porque una trabajadora de la tienda Prada nos acompañaba en aquel probador lujoso, el cual tenía un sofá bastante cómodo para quienes esperábamos.— Creo que llama demasiado la atención. 

— Eres Sofía Sterne, incluso sin nada llamas la atención. Corrijo, sin nada llamas aún más la atención. 

— ¡Pero es el día de Sophie! Y de Ben, pero ella tiene que resaltar, no yo. —resopló, pero asentí para darle la razón. Ya habrían otras oportunidades para que consiguiese que usara algún vestido ceñido. 

— ¿Qué opinas de este? —señalé un vestido, de los cuantos que nos habíamos llevado a los probadores que cargaba la joven y ella me lo extendió.— Gracias. Sofi, mira. Es color celeste y no tiene un diseño extravagante, además, las flores estampadas le dan un toque más tierno que atrevido. 

— Me lo probaré. Bueno ojo. —entró nuevamente tras las cortinas. 

— Tengo buen ojo, si están buscando personal estoy disponible. —bromee con la trabajadora para evitar que se sintiera incómoda. 

Al final Sofía se decidió por ese vestido para asistir a la boda de nuestros amigos. Pagué la prenda mientras ella observaba curiosa el resto de la tienda, pero antes de pagar mi tarjeta ella se acercó con una lencería que no tuve problema alguno de costear. Estábamos en una zona comercial, no demasiado concurrida pues solo se encontraban tiendas costosas, por lo que paseamos tranquilamente por los demás espacios. Había un cine cerca de ahí así que no dudamos en comprar entradas para El Sorprendente Hombre Araña 2. Mientras hacíamos la fila para ingresar a la sala, muchas personas nos reconocieron y nos pidieron fotos junto a autógrafos. Ambos estábamos de muy buen humor así que satisficimos a los que pudimos antes de que iniciara la cinta. 

Rodee a mi chica con mi brazo para tenerla recostada en mi hombro toda la película, aunque se removía para tomar su bebida. La sentí pegarse aun más a mi casi al final de la película durante la muerte de Gwen. Probablemente si Leire muriese a tan solo unos segundos de ser salvada por Loki, él preferiría la muerte a vivir sin ella. Dejé un beso en la cabellera de mi chica antes de volver a casa. No solo habíamos salido a comprar un vestido para ella, sino que también encargamos pinturas y luces para la habitación que estábamos remodelando, la futura habitación de Kai. Por ahora permanecía siendo el cuarto de invitados, pero queríamos pintar las paredes grises por una pared azul claro y las demás blancas. Habíamos visto modelos de escritorios, libreros y todo lo demás para imaginar como queríamos decorarlo. Era algo grande, muy grande, pero era un paso para el cual estaba más que listo. 

Al día siguiente fue la boda de Benedict y Sophie, en la cual fui uno de los padrinos, título por el que abracé fuertemente a mi amigo cuando me pidió serlo. Me hizo más que feliz verlos convertirse en esposos, me era ilusión pensar en que una pareja podría convertirse en amantes para siempre, para toda la vida. Era lo que yo también soñaba para mi y Sofía, pero no volvería a tocar aquello hasta que, como mencioné aquella vez, ella me indique que así lo desea. Había sido un idiota, y comprendía bien el porqué se había enojado. Las palabras de mis tías me hicieron sentir inseguro, entendía que Sofía era mucho menor que yo, pero había ignorado parcialmente si mis sueños y los de ella eran compatibles, y en vez de hablarlo tranquilamente inicié una pelea. Como dije, un idiota. Mas como ya se lo había dicho a ella mientras rodábamos, esperaría lo necesario para ser cómplices como lo eran Ben y Sophie llevando sus anillos como promesa de amor eterno. 

Somebody to love [Tom Hiddleston y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora