【25. Fuera del guion】

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2016

Sofía 

Visualicé a Henry dentro del restaurante mientras yo esperaba que alguien encargado me diera permiso de ingresar al lugar donde, sin reservación muy previa, tendrías que hacer una larga cola y rezar para que un cupo esté disponible. Era un espacio lujoso, en el distrito más adinerado de Nueva York. A decir verdad, estaba muy cerca de las oficinas que mi hermano rentaba para su empresa de inversiones. Un joven me recibió con una sonrisa y me pidió que esperara un segundo para que pudiera llamar al jefe, porque él era el encargado de atender a las personas más resaltantes. Lo tomé del brazo antes de que pudiera retirarse y le mencioné que agradecería mucho que solo él se encargara. No necesitaba las miradas de todos sobre mí, menos si la persona con la que cenaría era alguien con la que la prensa me había relacionado en exceso en el pasado. Se mostró dubitativo por unos segundos pero le prometí una buena propina y que, solo si le causaba problemas laborales, hablaría con su jefe.

Quedar con el hermoso hombre frente mío había sido, en definitiva, sencillo. Nunca borré su número de teléfono de mi móvil así que volví a escribirle al termino del día. O como me gustaba llamarlo, cuando no había Hiddlestons por la costa. Conversamos toda la noche, de nuestras vidas hasta antes de que me desapareciera por casi un año y de los proyectos profesionales que teníamos por el momento. Fue tan fácil y confortable hablar con él que fui yo quien lo invitó a cenar. Había olvidado que eso fue lo que me enamoró de Cavill hace años, su atenta forma de escuchar y comprender junto a las lindas palabras que siempre expresaba al comentar. Tenía palabras lindísimas que emocionaban a mi alma, que provocaban que mi soledad se sintiera pequeña. Él me vio cuando estuve ya cerca de la mesa para dos que había reservado y se puso de pie para apartar mi silla caballerosamente. Al principio fue algo incómodo, había pasado mucho desde la última vez que nos vimos cara a cara. Y precisamente ese momento no era algo para rememorar con cariño. Pero tras un par de silencios incómodos pudimos entablar una fluida conversación. El tema de mi sobrina fue nuestro salvador, por fin pude presumir con alguien las mil y una fotos que tenía de Emma en mi celular. En mayoría de ellas solo se la encontraba dormida, ¡se veía hermosa haciéndolo! Acababa de cumplir un mes de vida, no podíamos exigirle hacer más.

— ¿Has pensado que harás luego de que termines de grabar tu serie? —cuestionó antes de darle un sorbo al vino de su copa. 

— Lo pensé mucho, la verdad. Quiero retirarme de la actuación —noté como se tensó y casi se atora con su bebida—. ¿Estás bien? 

— Sí —toció un par de veces—. Solo que no me lo esperaba. Wow, ¿retirarte? Tienes 25... ¿no es muy pronto? 

— Tengo la saga que me hizo famosa, la película que me hizo ganar un oscar, el papel secundario que me hizo ganar otro oscar, mi propia serie protagónica... ¿qué más me queda por hacer? Aparte de sentirme infeliz continuando con mi carrera. Oh, aunque hay un proyecto en el que sí quiero participar y, por supuesto, mi contrato con Marvel no termina hasta el 2019. —jugué con la carne perfectamente cocida de mi plato mientras pensaba en mi futuro, me daba miedo, mas era algo que debía de hacer. Ya no me sentía feliz cumpliendo mi rol de actriz—. Sin embargo, esa es la idea. 

— Si puedo preguntar...—asentí—. ¿Por qué de repente tomas esa decisión?

— Desde hace mucho que esa idea rondaba por mi cabeza. —sonreí nostálgica—. Mi padre y mi hermano siempre hablaban de dinero en frente mío. De nuestros problemas económicos. Por ello siempre tuve el peso de también conseguir el pan del día, desde pequeña. Pasé del clown por voluntad propia a algo financiado por organizaciones gubernamentales para tener algo de dinero. Y de ello a Hollywood. Creo que actuar me dejó de gustar cuando tuve la solvencia económica como para dedicarme a lo que realmente me hace feliz. 

Somebody to love [Tom Hiddleston y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora