Somebody to love [Tom Hiddleston y tú]

【5. Sacrificios】

2012.

Sofía

La publicación apareció en mi tablero por el comentario de Sebastian, a lo que solo atiné a sonreír. Claro que él ya lo sabía, fue el primero y único a quien se lo comenté. Y no, Harry y yo no habíamos tenido una relación tan larga, estuvimos juntos unos nueve meses, pero fueron lo suficientemente hermosos y estables como para que mientras alistaba mi maleta, llorara escuchando cualquier canción aleatoria de One Direction.

Siendo sincera, realmente sabía que esa relación no llegaría muy lejos, pues "lo que fácil viene, fácil se va" y así había sido. En una alfombra roja él se me había declarado, motivado por sus amigos de la banda, tras haber pasado toda la celebración charlando y bailando. Se me hizo una persona muy tierna así que acepté. 

Recuerdo haber pensado un "¿Por qué no?" aquella vez. ¡Porque te va a terminar, estúpida! Hace unos días, de repente se presentó en mi casa y noté rápidamente en su rostro que algo pasaba, pues sonreía mismísimo como siempre. Se sentó conmigo en el sofá y me dejó en claro que yo era una persona hermosa, inteligente, que era muy feliz conmigo bla bla bla, pero que por nuestros horarios ya casi ni nos veíamos . . . y bueno, tenía completamente la razón, por más que congeniáramos muy bien no podíamos continuar así, y más siendo ambos jóvenes con carreras en auge.

— Un golpe, tan solo uno, no le hago daño a nadie. Bueno a él, pero se lo merece — habló Stan, resonando en toda la habitación gracias a que estaba en altavoz. 

— Ya no quiero hablar de eso, simplemente no deseo ningún mal para él. Creo que ya tiene suficiente con que todos los fans le estén tirando hate como para que tú o yo hagamos más grande el asunto — reflexioné. Si bien desde el primer día había intentado aclarar el tema, alegando que él había tenido sus razones para hacerlo, tergiversaron mis palabras y los medios no dejaron de acosar a Harry. 

— Bien, pero si lo veo por la calle sacaré los pasos prohibidos de Bucky — reí.

— Qué, ¿te caerás de un tren en frente de él? 

— Sí, que escriba una canción sobre eso — ambos nos quedamos en silencio pensando en lo último que había dicho — ¿Tú crees que saquen alguna canción sobre ti? 

— Bueno, lo dudo bastante. Harry no es el principal compositor de la banda. 

— ¿Te gustaría? 

— Sería. . . ¿interesante?, no lo sé. 

— Bueno, si le buscamos el lado bueno a todo esto es que aprendiste una lección — rodé los ojos.

— Si, Seb, ya aprendí que me gustan mayores — terminé de guardar mis prendas y cerré la maleta — Bien, todo listo para ir a Estados Unidos de nuevo. ¡No estoy lista para dejar a Bruce!

— ¿Con quién se quedará? Si quieres puedes traérmelo a casa. A mi madre le encantará tenerlo aquí. ¡Oye tienes que venir a casa, la señorita Georgeta dice que te cocinará lasaña! — escuché el sonido de sus pasos, y me lo imaginé caminando hacia el salón de aquella cálida casa —  Mamá, es Sof-- ¡Sofi hermosa, ¿esta semana vienes, cierto? ¡Ven a casa, te extraño reina!