【15. ̶2̶2̶ 23 (Sofia's Version)】

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2014

Narrador 

— ¡No puedo creerlo! La última función, chicas.— Ian abrazó por el cuello a Sofía y Zeheyla.— Y no conseguimos sugar daddy, excepto Sofi. 

— Sin comentarios respecto a lo último.— se excusó con una sonrisa.— Que rápido pasaron los meses. Parece ayer que Zeheyla me botó de su mesa cuando quise sentarme con ella en la cafetería. 

— Y lo haría de nuevo.— respondió con aquel tono presumido de siempre, pero ahora escondía una risita. 

— Me alegra que el desprecio sea mutuo.

Con el inicio de mayo llegaba el fin de Coriolanus en The National Theatre, así que tras el telón se presentaba un ambiente nostálgico y algo triste que inundaba a todos los actores. Tras 70 presentaciones en vivo, aquella noche se juntaban todos para darle vida por última vez a sus personajes. Otros actores vendrían, y otras funciones sucederían sobre la misma obra shakesperiana, pero Sterne, Hiddleston, Gatiss y otros artistas talentosos no volverían a dar vida a esos personajes. 

— En esta mesa corté las telas, en este perchero colgué mis abrigos todos los días.— el diseñador y costurero se desplazaba por todo el espacio.— Con esta puerta Sofía mandó a Tom al hospital. 

— Aun me sigue doliendo.— mencionó Tom con un tono burlesco mientras corría de un lado a otro para calentar, y llevó su mano izquierda a la marca que le había quedado de los puntos.

— Lo sientoooo.— su novia lo abrazó, disculpándose por vigésima vez. 

Un jueves, después de las dos funciones del día, mientras todos se preparaban para irse a sus casas a descansar, Sofia guardaba su celular en su mochila y sacaba sus audífonos. Aunque generalmente Tom la llevaba a su departamento después del trabajo, esta vez había llevado su skate para irse sola. Él se había molestado porque ella no había querido acompañarlo a los Premios Laurence Olivier, y ella se molestó porque él no entendió lo mucho que le incomodaba que la prensa los acosara cada vez que estaban juntos. No quería verlo, ya que deseaba que pasara al menos un día desde que tuvieron esa pequeña discusión para poder conversarlo con los pensamientos calmos. 

Pero cuando abrió la puerta de su camerino, Tom fue impactado fuertemente por el borde de esta y tuvo que ir a una clínica para que trataran la herida. Sofía lo acompañó, sintiéndose culpable por ello (lo era), y acarició su mano en todo momento para dejar besitos reconfortantes. Tuvieron que cerrar la herida con un par de puntos, que no se notarían en el futuro si utilizaba cremas cicatrizantes, pero sentado en la camilla donde descansaba y con su hermosa chica a su lado, rió por la situación. Ella lo miró desconcertada por un instante, creyendo que su risa era una forma de disipar el dolor, pero se contagió por sus "Ehehehe". Se miraron directamente a los ojos con sonrisas que solo se dedicaban el uno al otro, y sin comunicarse verbalmente decidieron dejar su inútil discusión en el pasado y disfrutar con sus el característico olor de medicinas del lugar junto a la compañía de quien tanto querían. 

Tal como se esperaba, la última presentación fue tan perfecta como las anteriores. Sofia Sterne demostrando su derrochable talento incluso si tenía pocas lineas, Tom Hiddleston realizando idóneamente las escenas de acción y expresando sus diálogos con todo sentimiento necesario. Y ambos, cuando compartían aquellas escenas deleitaban al público con sus miradas, con los pequeños gestos de amor que se repartían, con el beso en el cual muchas veces él se encismaba y olvidaba que tenía que apartarla rápidamente; aunque también adoraba con locura la escena donde sus personajes se encuentran tras mucho tiempo. En realidad, cualquier escena donde ella estuviera podía ser su favorita. 

Somebody to love [Tom Hiddleston y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora