Los rayos del sol entraban por la ventana e incidían justo en mi rostro, despertándome.
La cama ya no me parecía tan cómoda como ayer e incluso podía decir que las sábanas eran más rasposas.
Había un fuerte olor a pólvora y a varios ingredientes de pociones que no lograba adivinar. No era buena en esa asignatura y, además, había un profundo olor a cera de mantenimiento de los palos de escoba.
Eso me hizo fruncir el ceño. Jamás había olido algo igual y sin duda no era lo que destacaba en la antigua habitación de mi padre aunque él también hubiese jugado al quidditch. "Mi habitación" me recordé.
Abrí los ojos, deslumbrándome con los primeros rayos del día y comprobé lo que ya sospechaba.
En algún momento entre la mitad de la botella y el final debí dormirme en la habitación de los gemelos.
"La habitación de los gemelos"
Me sobresalté de golpe y me senté en la cama. Los dos pelirrojos estaban en la otra cama de la habitación en unas posturas un tanto incómodas, totalmente dormidos, o al menos, eso parecía.
Me levanté y me acerqué a la puerta de aquella habitación recogiendo mis zapatos por el camino. Imaginé que ellos me los quitaron antes de tumbarme en esa cama.
-¿Ya te vas?-preguntó con voz adormilada Fred Weasley- Ahora que empezaba la fiesta-completó pasando una mano por su ojo a la vez que bostezaba.
-Tú no me has visto, pelirrojo-dije llevándome a la boca un dedo en señal de silencio a la vez que sonreía.
Cerré y salí al pasillo viendo cómo el pelirrojo me devolvía la sonrisa.
No me avergonzaba lo que pudiese haber dicho o hecho delante de personas tan insignificantes para mí, pero no me cabía duda de que tenían la suficiente confianza con mi tío para chivarse y que me cayese un buen castigo. Porque, si no tenían confianza, ¿qué hacían viviendo aquí?
Subí hasta mi cuarto y me tumbé en mi espaciosa cama. No tenía sueño y no quería dormir más, pero tenía pinta de ser demasiado temprano.
-Kreacher-llamé y enseguida el elfo se apareció en mitad de la habitación con un sonoro crack
-La ama Dené ha llamado a Kreacher-dijo como si fuese una coletilla que siempre repetía
-¿Todos duermen aún?-pregunté
-Sí, Kreacher no ha visto a nadie despierto salvo la ama Dené-dijo medio escondido a los pies del colchón
-¿Puedes aparecerte fuera de aquí?-volví a preguntar
-El amo Sirius no deja a Kreacher salir-me contestó mirando al suelo
-Y si yo te lo ordeno, ¿me sacarías de aquí?-insistí
El elfo lo pensó unos segundos que a mí se me hicieron eternos, pero finalmente asintió con su desproporcionada cabeza.
-Sí la ama Dené lo ordena, Kreacher lo cumple
-Bien, espérame abajo, no tendrás que hacerme llegar mucho más lejos que el parque de enfrente. Saldría por mi propio pie pero si despierto al cuadro de mi abuela me oirán en toda la casa.
En menos de veinte minutos, ya me había duchado, arreglado y aparecido en el abandonado parque de Grimmauld Place.
Ordené a Kreacher que volviese dentro y que sí le preguntaban por mí dijese que no me había visto desde ayer. El elfo hizo otra de sus exageradas reverencias y desapareció cómo si nunca hubiese estado ahí.
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La última de los Black • || Libro 1 • FRED WEASLEY ||
FanfictionDenébola Black es la hija resultante del encuentro apasionado entre Regulus Black y Juliet Greengrass, dos Slytherin fieles al Señor Oscuro. Con la repentina muerte de Regulus, Juliet abandona sus creencias por la supervivencia de su hija. Diecisé...