La mañana de Nochebuena me desperté dispuesta a no dejarme intimidar más por la falsa autoridad de un adulto que se había quedado fijado en la adolescencia. Tomé mi varita y la metí por la cinturilla del pantalón como hacía siempre y salí al pasillo.
Salvo mi tío y sólo para dormir, nadie pisaba la cuarta planta, así que gozaba de un poco de tranquilidad hasta llegar al tercer piso, pero la suerte pareció estar de mi lado y tampoco me crucé a nadie allí.
Parecía tentador volver a fumarme un cigarrillo en la ventana de la habitación de los gemelos, pero ya había recurrido a mi dosis matutina hacía un rato.
Todo esta situación me desbordaba. Jamás había tenido que recurrir a racionarme la nicotina. Pero estar aislada, sin mis amigos y mi familia, la que de verdad me había apoyado y no ésta falsa que mantiene ahora mi tío y sus invitados, todo me superaba.
Quería escribir a Draco, a Daphne, a Astoria o incluso a Cassius, con quién había tenido un breve acercamiento antes de la muerte de mi madre, pero estaba prohibido. "Nadie puede saber dónde estamos" había exigido mi tío tras una de mis rabietas cuando había subido a mi habitación para reclamarme mi comportamiento.
Pero lo que más me sorprendió en mi paseo hasta la cocina, ocurrió en el segundo piso, en la habitación que mi tío había dispuesto para su adorado ahijado y que compartía con su mejor amigo.
Comencé a escuchar susurros por la entreabierta puerta antes de llegar incluso al último escalón que me llevaba a esa planta. "¿Un jugoso secreto? Uhm, eso sería interesante", pensé para mí.
Me acerqué con cuidado de no hacer crujir ningún viejo tablón traicionero del suelo y pegué mi oreja al quicio de la puerta para prestar atención.
--Ya sabes que lo tenemos prohibido, Ginny. ¿Cómo se te ha ocurrido hacer tal cosa?--regañaba esa Gryffindor insufrible que acompañaba siempre a Harry-- Si se enteran...
--No van a enterarse, ¿verdad?--preguntó el pelirrojo menor
--Claro...
--...que no--se complementaron los gemelos
--No soy la única que quería saber quién habían metido en la Orden, ¿no? Debía hacerlo--se escusó la que llamaban Ginny
--¿Pero Astoria Greengrass? Es su prima, no va a decirte nada malo de ella, además, escribirle a ella ha sido un error, es Slytherin y su familia apoya a...
--Déjalo ya Hermione, vamos, ¿qué dice la carta?--se interesó Ron
--¿No vas a decir nada Harry?--insistió la castaña
--Creo... creo que es importante saber a qué nos enfrentamos--dijo de forma nerviosa
¿Y éste debía ser el salvador del mundo mágico?
--¿Cómo es que la conoces?--preguntó Hermione
--Va a mi año, compartirmos clases y es bastante amable, no cómo el resto de serpientes y además, no cree en la pureza de sangre como su familia--explicó la pelirroja
--Venga, vamos--apuró Fred
--¿Qué dice la carta?--continuó George
Por Merlín, eran insoportables cuando hablaban uniendo la frase del otro. Rodé los ojos y suspiré con cuidado de no ser oída.
--Dice...--comenzó la pelirroja guardando unos segundos de silencio-- Que es de fiar...--complementó desilusionada
¿Qué esperaban? ¿A la mano derecha del cara aplastada?
ESTÁS LEYENDO
La última de los Black • || Libro 1 • FRED WEASLEY ||
FanfictionDenébola Black es la hija resultante del encuentro apasionado entre Regulus Black y Juliet Greengrass, dos Slytherin fieles al Señor Oscuro. Con la repentina muerte de Regulus, Juliet abandona sus creencias por la supervivencia de su hija. Diecisé...