Capítulo 17 ~ Una amenaza

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(Todas las conversaciones escritas en este tipo de letra será porque los personajes estén hablando en español)





--¿Estás segura de esto?

Empujé la puerta de aduana y salí a la terminal agradeciendo no volver a oler el horrible aroma de pollo frito rancio que tenían los oficiales en la mesa.

Había perdido ya mucho tiempo intentando explicar lo inofensivo que era un simple palo de madera con fines sexuales cuando nos pararon en el control por llevar encima las varitas y ser declaradas arma punzante.

--¡Dené! Te estoy hablando. Aún estamos a tiempo de volver.

Notaba los codazos y empujones de los transeúntes que pasaban de un lado a otro ignorando por completo los gritos que me estaban dando gracias a la gran barrera del idioma.

--¡Dené! ¡Por Merlín! Ésto es peligroso. ¡Una locura! Si la Orden se enterase que ...

--Pero no van a saber nada--le interrumpí cansada de escucharle-- Ya sé que es peligroso, ya sé que es una locura, pero recuerdo bien que no te pedí acompañarme. Es más, recuerdo que expresamente dije que ¡no quería tu compañía!

--¿Y qué querías que hiciera? ¿Eh? ¡Pensabas venir sola siguiendo una amenaza que puede ser una trampa!

--¿Y a tí que más te da? ¡Es mi puto problema!

--Tú siempre me vas a importar, Dené. ¡A ver cuando te entra en esa cabezota!

Protesté y me giré para seguir caminando hasta llegar a la zona de aseos públicos para poder hacer una aparición.

Miré a ambos lados y tiré de mi insoportable acompañante cuando la guarda se hubo girado para entrar en el baño de mujeres.

--Vamos, entra ahí--espeté con furia empujándolo en un estrecho cubículo.

--¿Se puede saber para qué entramos aquí? ¿Acaso es un intento de estar más pegada a mí, Black?

Rodé los ojos y saqué la fotografía que me habían mandado apenas dos días antes. Quería asegurarme bien de no haber pasado por alto ningún detalle antes de hacer la aparición y meternos por error en la boca del lobo.

--Van a estar bien, Dené.

--¿Cómo lo sabes?--y, por primera vez en todo el viaje, mi voz sonó rota al tiempo que se me escapaba una lágrima que él secó con delicadeza

--Todos estamos recibiendo amenazas a diario, Dené, pero nunca, o casi nunca, se cumplen.

--Debo ponerlos a salvo.

--¿Y que piensas hacer? ¿Eh? No podemos quedarnos aquí y lo sabes. Nos necesitan allí en tres días.

--¡Qué más da lo que voy a hacer!

--Dado que estoy aquí contigo, preferiría saber con antelación si vas a cometer una locura

Bufé y volví a guardar la foto.

--No voy a hacer ninguna locura.

--¿Cómo puedo estar seguro si no me lo cuentas?--se exaltó de nuevo

--Porque... Porque fue idea de Hermione.

--¿Ha sido idea de Hermione venir hasta España?--alzó las cejas incrédulo

--Eso no, idiota--suspiré-- Ambas tenemos muggles que nos importan, indefensos ante un ataque si piensan que torturándolos diremos dónde está Harry... Tengo que protegerlos.

--¿Y cómo piensas hacerlo?--preguntó de nuevo

--Modificando su memoria. No me mires así, Hermione me explicó cómo.

La última de los Black • || Libro 1 • FRED WEASLEY ||  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora