Narrador: George Weasley
Apenas había pegado ojo esa noche. No por falta de sueño, ya me habría gustado. Si no por que Fred parecía especialmente animado.
Muy animado.
No me molestaba, al contrario, me alegraba bastante por él pero... ¿tenía que hacer tanto ruido? ¿Tenían los dos que hacer tanto ruido?
Salí de la habitación en cuanto logré desperezarme. Necesitaba una buena taza de café para poder afrontar la jornada de trabajo tanto como para poder mirar a mi hermano y a Dené a la cara sin reírme.
La luz invadía el salón, cegándome, y una leve brisa entraba por la ventana abierta. Sobre el alféizar de la misma, la chica de cabello azabache que había llegado a nuestras vidas para revolucionarlas estaba sentada con las piernas cruzadas y un cigarrillo humeaba en su mano consumiéndose en ceniza mientras tenía la mirada perdida en el callejón aún vacío.
--¿Has vuelto a antiguas costumbres?--pregunté sobresaltándola.
Dené se había girado bruscamente para mirarme, llevándose teatralmente una mano a su pecho que subía y bajaba frenético por el susto.
--Últimamente lo necesito--susurró y observé como daba una calada
--¿Cómo fue? ¿Cocina, salón y habitación?--pregunté burlándome de ella
Dené enrojeció al momento y bajo la cabeza con esa sonrisa que la había caracterizado cuando la conocí. Esa sonrisa que decía a gritos que podía romperte el corazón con sólo una mirada y ser su dueña para siempre. Esa sonrisa que llegó a calarme bien hondo los primeros días antes de saber que a ella sólo me uniría una profunda amistad. Esa sonrisa que se esfumó en un segundo y negó con la cabeza.
--Mostrador, puerta de entrada, sofá y cama--me indicó volviendo a conectar conmigo su mirada.
--Recuérdame que le diga a Fred que debe limpiarlo todo antes de abrir la tienda.
--No creo que siga aquí para cuando él despierte.
--¿Pensando en huir otra vez, princesa?
--Nada de eso, tengo... una cosa importante que hacer--dijo con dificultad.
--Si por cosa importante te refieres a volver a dejar seco a Fred te recomendaría...
--Lo de anoche fue un error, Georgie--me interrumpió-- Lo sabes, ¿verdad?
Dió una última calada y apagó el cigarrillo.
--Deja de engañarte, Dené. Lo deseas, es así. No llames error a lo que siente tu corazón.
--Mi corazón se equivoca. No recuerda que salió dañado, pero yo sí.
--Se arrepiente mucho de ese día, y ha cambiado...
--No, no lo ha hecho--me interrumpió-- Ayer se presentó en el Caldero Chorreante porque sigue sin fiarse de mí, y la mejor parte es que ni siquiera tengo porqué darle explicaciones --dijo con una risa de incredulidad-- Él y yo no somos nada.
--Si él y tú no sois nada, ¿porqué le dijiste a Bellatrix que estás saliendo con un Weasley?
--Ya te dije que...
--No te mientas a ti misma. ¡Por Merlín, Dené! Todo el mundo sabe que sales con Fred salvo vosotros dos, que aún seguís empeñados en... ¡Ni siquiera sé como llamar a lo que os traéis entre manos!
--No estoy hecha para el amor, Georgie, y mucho menos para...
Acalló de golpe cuando la puerta de la habitación de Fred se abrió y éste llegó hasta dónde estábamos desperezándose. Pero, a diferencia de lo que creía, ni se acercó a Dené ni la miró siquiera. Sólo pasó de largo hasta alcanzar la cafetera y servirse una gran taza.
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La última de los Black • || Libro 1 • FRED WEASLEY ||
Hayran KurguDenébola Black es la hija resultante del encuentro apasionado entre Regulus Black y Juliet Greengrass, dos Slytherin fieles al Señor Oscuro. Con la repentina muerte de Regulus, Juliet abandona sus creencias por la supervivencia de su hija. Diecisé...