El despacho de la profesora Umbridge rozaba lo patético. Era algo más que obvio de que le gustaban los gatos, y con el rosa llevado a una obsesión, hasta el borde de los platos de porcelana decorativos de la pared adquirían esa tonalidad. Y maullaban. Maullaban, por amor a Merlín.
--Siéntese por favor, Señorita Black--sugirió la profesora señalando la silla frente a su escritorio y soltando su taza de té rosado--Como verá, tiene delante usted un trozo de pergamino y una pluma. Deberá escribir "no debo gritar por los pasillos". Puede empezar.
--¿Y la tinta?--pregunté
--No le hará falta. Verá la pluma es... especial--canturreó
--¿Cuántas veces?
--Digamos que con una será suficiente
Completó la frase con una absurda risita y volvió a tomar su taza de té.
Sin duda, era el castigo más sencillo que había tenido en mi vida, por lo que no iba a protestar por si lo agravaba.
Cogí la pluma y la acerqué al papel. Comencé a escribir sin problemas a pesar de carecer de tinta, pero enseguida comprobé dónde estaba la verdadera finalidad del castigo.
Como si estuvieran cortando mi mano izquierda, comencé a sangrar al ritmo que escribía la frase y mi respiración comenzaba a agitarse de forma nerviosa.
Miré hacía mi mano y vi en ella las palabras "no debo gritar".
--¿Sucede algo señorita Black?--preguntó la profesora
--N..No, profesora.
--Continue, por favor
Seguí escribiendo las tres palabras que me faltaban ahogando un grito en lo más profundo de mi garganta. Las lágrimas amenazaban con salir pero no iba a darle esa satisfacción al sapo rosa.
Por suerte, mi letra era pequeña y por lo tanto los cortes también.
--¿Listo?--preguntó y yo asentí-- Estupendo. Puede retirarse--comencé a levantarme y volvió a hablar-- Y Señorita Black, que no vuelva a repetirse.
Dejándola con una sonrisa de satisfacción ante la tortura cometida, salí de su despacho y corrí hasta el séptimo piso dónde debía encontrarme con Ginny. Ya tendría tiempo de ir a la enfermería cuando recuperara mi bolsa.
Llegué frente al tapiz a las siete menos diez, algo tarde, por lo que Ginny ya me estaba esperando.
--Por fin llegas. ¿Qué te ha pasado en la mano?--preguntó preocupada viendo como sangraba
--El castigo con Umbridge--dije encogiéndome de hombros.
La pelirroja tomó un pañuelo de tela de su bolsillo y me lo ató en la mano.
--¿Estás bien? ¿Te duele?--se interesó
--Estoy bien. ¿Para qué querías verme?
--Vale. Esto puede sonarte raro pero... Tenemos una especie de grupo de estudio, ya que no aprendemos nada en clase y pensé... pensé que te gustaría participar--dijo la pelirroja mientras andaba de un lado a otro.
--Yo no sé Ginny, la verdad es que tengo muchas cosas que...
Me callé al ver como ante nosotras aparecía una puerta.
--Eso no estaba ahí hace un segundo--dije en un susurro
--Vamos, ya deben haber empezado--dijo tirando de mi mano no herida para entrar conmigo
Entramos en una sala bastante amplia que jamás había visto y que estaba ocupada por más de una veintena de estudiantes hablando entre sí, riéndo despreocupados, Gryffindor en su mayoría.
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La última de los Black • || Libro 1 • FRED WEASLEY ||
FanfictionDenébola Black es la hija resultante del encuentro apasionado entre Regulus Black y Juliet Greengrass, dos Slytherin fieles al Señor Oscuro. Con la repentina muerte de Regulus, Juliet abandona sus creencias por la supervivencia de su hija. Diecisé...