Doctor Suppasit

Nueve

—Necesito su ayuda doctor. 

Él padre de Gulf se ve ansioso, como un drogadicto que no ha probado nada en días. 

—Si viene a buscar dinero como su hijo, de una vez le aseguro que no... 

—¿Toby lo busco? —preguntó con los ojos muy abiertos, con preocupación. 

—Hace días... —Mew se detuvo extrañado por la manera de actuar del hombre. Observaba por todos lados, como si tuviera miedo que alguien lo viera. —¿Qué pasa? 

—Mi hijo... Toby vendió nuestra casa, no tenemos donde quedarnos... mi esposa está... 

—Espere, espere ¿qué quiere que yo haga? Vayan a un hotel, le di mucho dinero a su esposa. No me moleste más ni usted ni su familia, arreglen su maldito problema ustedes. 

Molesto, rodeo al hombre para subirse a su auto. 

—Por favor... doctor... 

Mew lo ignoro, arrancó al auto dejando al hombre desesperado en el estacionamiento. ¿Qué demonios querían de él? 

Sí las cosas hubiesen sido distintas, si ellos hubiesen sido buenos padres para Gulf y se hubiera convertido en su yerno, con gusto los ayudaría. Pero la situación es completamente distinta, esas personas no se han acercado siquiera para preguntar por cómo está Gulf, lo único que hacen es pedir dinero. 

Cuando llegó a casa, encontró al menor en su cama, esperándolo mientras veía televisión. 

—¿Qué haces despierto, bebé? 

Preguntó el médico, acercándose para dejar un beso sobre su cabello. 

—Te esperaba. 

Mew sonrió, dejó un beso sobre la frente del menor, después se fue a la ducha para alistarse y dormir junto al menor. 

Cuando salió de la ducha, Gulf tenía la cabeza ladeada, profundamente dormido. Mew sonrió con ternura, después acomodó a su novio correctamente, acostándose a su lado. 

... 

Durante una semana, Mew tuvo la visita del padre de Gulf constantemente en el hospital. Si no iba a su oficina, lo esperaba hasta la hora que fuera en el estacionamiento. 

Pidiendo solo cinco minutos para hablar con él. Mew estaba realmente cansado de tener que verlo. Así que finalmente accedió a hablar con él. 

Por un lado le tranquilizaba saber que el menor no había sido acosado por ninguno de ellos, pues Luke continuaba pendiente de su seguridad. 

Mew le había dicho al hombre que lo esperara en la cafetería de Jannie, solo ahí accedería a hablar con él. 

Cuando llegó, encontró al hombre actuando muy nervioso, observando por todas partes como si fuese un prisionero que huyó y teme ser descubierto. 

—¿Qué hace este hombre aquí? —preguntó con molestia Jannie, al ver al padre de Kana.

—Es lo que vengo a averiguar. —dijo con cansancio el mayor. 

Fue hasta la mesa donde el hombre ya lo esperaba. —Tiene cinco minutos. 

Él hombre sacudió la cabeza apresuradamente. 

—Toby vendió nuestra casa, después huyó con el dinero dejándonos a mi esposa y a mi en la calle. No tenemos donde vivir, nosotros...

Mew masajeo su entrecejo, no podía creer tanta insistencia del hombre para hablar sobre lo mismo. Su decisión ya estaba tomada, él no haría nada por ellos.