Once

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Desde que Mew salió de casa dejando solo al menor, se había refugiado en su departamento. Se dejó hundir por el dolor de la traición de su pareja, su dulce y tierno Gulf había resultado totalmente distinto a lo que pensó. 

Pasó los primeros tres días en su departamento, observaba las llamadas de Gulf, pero no tenía ánimos para responder. Era débil, sabía que si lo escuchaba caería nuevamente a él, por esa razón no lo miró cuando decidió dejar su casa. 

Amaba a Gulf, lo amaba con todas sus fuerzas, pero no estaba dispuesto a dejarse quitar todo por lo que ya había trabajado, por Gulf y su familia. Su dolor era tan grande, nada le había dolido tanto como la traición del menor. 

Dejó de ir al hospital, a su empresa, no hablaba con nadie, simplemente se quedaba en su departamento. Mew nunca había sido una persona al que le guste beber alcohol, pero por primera vez, se hundió en la bebida. 

Mean, preocupado por su amigo lo encontró en la oscuridad de su departamento. Mew estaba casi inconsciente por el alcohol ingerido, rápidamente lo metió a la ducha, después lo acostó en su cama y estuvo con él toda la noche esperando que despertará. 

Él médico le contó a su amigo sobre su traición, sobre cómo lo había encontrado dándole dinero a su hermano, sobre lo tonto que se sentía al estar preocupado por él, poniendole seguridad para que él menor viera a su familia a sus espaldas. 

A Mean le pareció difícil de creer que el menor fuera capaz de algo así, pero sobre todo la actitud del padre del menor, si ellos nunca mostraron un poco de preocupación por su propio hijo ¿por qué se preocupaban si Mew es estafado? Desde un inicio lo único que esas personas buscaban era dinero. Primero las amenazas del hermano mayor, después la insistencia del padre al visitar a Mew ¿sólo para advertirle? 

Todo era muy extraño, así que después de obligar a su amigo a regresar al hospital, Mean se dedicó a investigar un poco sobre aquella familia. 

La venta de la casa había sido real, Toby había vendido esa casa. Sobre el paradero de la familia descubrió que la madre apenas había recibido el dinero se fue de viaje, y no había vuelto. El padre vivía con su hijo en un departamento, pero desde hace días, casualmente desde que habló con Mew, habían vendido el pequeño departamento. 

Después de eso, no dio con su paradero, ni de Toby ni de su padre. 

Decidió echar un vistazo al menor, para hablar con él y averiguar un poco sobre lo que había pasado pero no lo encontró en casa. Fue a visitarlo constantes veces pero nunca lo encontró. En una ocasión, sacó la llave de la oficina de Mew y fue a revisar nuevamente. 

Todo estaba ordenado, las camas tendidas, todo limpio. Sin embargo, lo que llamó su atención fueron las múltiples notas en todas las partes de la casa, todas dirigidas al médico. Mean sabía que algo andaba mal. Espero al menor por horas pero este nunca apareció. 

Mew se mantenía ocupado, realizaba el doble de cirugías que antes, durante los fines de semana iba a su empresa y se refugiaba en ella hasta el día lunes que regresaba nuevamente al hospital. 

No tenía descanso, tampoco lo quería. Quería dejar de pensar en el menor y poco a poco, con algo de suerte, olvidarlo. 

Una noche, después de realizar una cirugía encontró en su móvil llamadas perdidas de un número desconocido. Pensando que tal vez se trataba de una urgencia por parte de sus pacientes, regresó la llamada. 

Al principio la voz le pareció familiar, después cuando escucho quien llamaba, no pudo soportarlo más y terminó la llamada. No podía creer que Gulf sea capaz de utilizar a su amigo Kao para hablar con él. 

Doctor SuppasitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora