Cιɳϙ

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Miró su reflejo en el espejo, arrugó un poco su nariz y negó, no le gustaba como aquel terno le armaba.

—¿Desea probarse otro?

Volteó ante aquella fina voz, la chica bateó sus pestañas mientras una ligera sonrisa asomaba en su rostro.

—Sí —dijo amable—. De casualidad...—la chica lo miró atenta haciendo que se sienta algo cohibido—. ¿Puedo mirar el de allá?

La chica miro hacía donde Jisung había mirado, ella rio un poco por la timidez que el tono de voz del chico presentaba, asintió.

—Buscaré en una talla que se le parezca —sonrío—. Ya regresó.

El peliazul suspiró mientras retiraba el saco del traje que tenía encima, lo lanzó despreocupado sobre el sofá que estaba cerco y empezó a remangar la blanca camisa que cargaba bajo, sintió una potente mirada sobre él haciéndolo levantar su cabeza y a través del reflejo pudo contemplar al dueño de aquella mirada.

—Que fastidio —murmuró.

Procedió a ignorarlo y lo estaba logrando hasta que sintió unas manos tomar su cintura, ese característico olor que el mayor poseía fue lo que logró hacer que no se altere y reaccione mal.

—¿Qué haces? —gruñó.

Miró a través del espejo al chico de ojos gatunos, bufó cuando este solo se encogió de hombros e hizo un intento por apoyarse en su hombro.

—Eh...—regañó, Minho chasqueó la lengua con molestia—. ¿Qué haces?

—Solo quería verte.

—De lejos lo hacías bien —murmuró—. Suéltame.

El mayor suspiró mientras soltaba el cuerpo del peliazul.

—Gracias —sonrío con ironía—. Permiso...

Minho no podía negar que aquel trato le lastimaba pero era obvio para todos que él había sido quien a puño y sangre lo consiguió.

—Te extraño.

Las palabras salieron sin pensarlo, notó como el cuerpo de Jisung se tensó un poco pero luego se relajó, este volteó con la confusión siendo plasmada a totalidad en su rostro.

—¿Y qué hago con eso Minho? —el mayor pestañeó sorprendido—. Es decir, tú me engañaste ciento de veces y te las devolví todas, pero simplemente me cansé de eso —murmuró—. Con decirme eso no conseguirás nada...

La distancia entre ellos se había acortado pero el de mejillas regordetas ni siquiera parecía notarlo, Minho se permitió tomar el rostro ajeno entre sus manos y vio como las mejillas de este se tornaban levemente de un suave tono carmín.

Sƚαყ Ⴆყ Mҽ - SҽυɳɠႦιɳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora