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Félix movió su corbata en signo de incomodidad ¿No podía simplemente ir sin esa cosa en su cuello? Un bufido escapó de sus labios cuando la risa del menor resonó en sus oídos a la par que sentía una pequeña palmadita en la espalda por parte de Jisung

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Félix movió su corbata en signo de incomodidad ¿No podía simplemente ir sin esa cosa en su cuello? Un bufido escapó de sus labios cuando la risa del menor resonó en sus oídos a la par que sentía una pequeña palmadita en la espalda por parte de Jisung.

—Detesto esto —musitó.

—Todos lo hacemos —rio su mellizo, como así decidido empezar a llamarlo—. ¿Crees que Innie no refuta cada vez que tiene que usarlas?

—La tendré puesta una hora y luego adiós —se quejó el menor.

Ambos mayores rieron por las palabras del pequeño, un suspiro escapó de los labios del peliazul cuando miró el reloj en su muñeca.

—¿Por qué Seungmin no está aquí?

—Porque nuna no sabe que irá con nosotros al evento de los Seo —miró a su hermano confundido—. Tae Yeon nuna trabaja para ellos, literalmente los vio crecer entonces por eso Seungmin no puede ir y decirle iré al evento de los Seo mamá, nos vemos mañana —encogió sus hombros el menor.

—¿Entonces qué dirá?

Antes de que pudiesen siquiera responder el timbre del hogar resonó y luego de unos minutos vieron al chico de hebras lilas ingresar acompañado por la ama de llaves del hogar.

—Gracias —sonrío Seungmin a la mujer—. He llegado.

—¿Qué le dijiste a nuna? —el chico de pecas se acercó para acomodar unos cuantos mechones que caían por la frente del menor.

—Que estaría con ustedes toda la noche —susurró—. Dije que haríamos algo así como una fiesta...

Los hermanos se miraron entre sí y asintieron, después de todo lo de la fiesta no era tanta mentira.

—Anda y ponte el traje que escogiste aquel día —habló el menor—. Ya todos estamos listos menos tú —bufó.

Seungmin rio mientras se acercaba para dar un suave golpe en la frente de su menor haciendo que se queje por este.

—Soy tu hyung mocoso —rio.

—Lo siento hyung —dijo en un tono infantil que hizo reír a los mayores.

—Aquí está el antifaz, no demoro en bajar —murmuró.

Lo vieron desaparecer por las escaleras en un silencio cómodo, Félix tomó el pequeño antifaz entre sus manos y sonrío.

—Es bonito...—sonrío.

—El tuyo también lo es —halagó el peliazul, logrando sacar una sonrisa en el pecoso—. Creo que nuestros antifaces serán los más lindos.

—¿Lo crees? —murmuró el menor—. Es decir, creo que le pusimos mucha relevancia a ello —rio.

—Lo más probable es que el de las mujeres sean de colores pasteles y con algún tocado de plumas o perlas con ciertos destellos —aseguró Jisung—. Y para los demás varones, lo más probable es que sean o azules o negros sin ningún detalle sobre estos.

Sƚαყ Ⴆყ Mҽ - SҽυɳɠႦιɳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora