Tɾҽɳƚҽ-ƈιɳϙ

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Tae Yeon suspiró aliviada, cubrió a los dos menos con una sábana y sonrío amable; ambos habían caído presos del sueño después de una conversación a corazón abierto junto a una cálida taza de té que tanto amaban. Salió de la habitación de su hijo para regresar a la sala, frunció un poco su ceño al no ver a Jeongin en el lugar.

—¿A dónde fue?

Seungmin rio bajito.

—Me preguntó si podía bañarse así que dije que sí —sonrío—. ¿No escuchaste la ducha?

Volteó a ver al corredor y agudizando su oído alcanzó a escuchar el ruido en el baño, rio mientras asentía.

—Venía ensimismada en mis pensamientos —murmuró—. ¿Irá a dormir después de ello? —asintió—. Entonces, hagamos lo mismo.

Antes de poder ponerse en pie y hacer lo que había dicho, el ruido en la puerta los paralizó en su lugar y Seungmin pudo notar el pánico que se plasmaba en la mirada de la mujer. Suspiró suave.

—Iré yo ¿está bien?

Ni siquiera le dejó responder, caminó hasta la puerta y la abrió al no obtener respuesta alguna del otro lado. Su entrecejo se relajó para pasar a la sorpresa y luego a la confusión, la mirada pasando de Eun–kwang a Changbin sucesivamente ¿Qué hacían ahí?

—H–Hyung...—tartamudeó—. ¿Qué...?

—Lo siento por venir tan abruptamente Seungmin–ssi...—suspiró el mayor—. Pero necesito hablar con tu madre y sinceramente, no pensaba dejar solo a Changbin en esa casa —negó—. Mi–suk ha estado un poco más insoportable.

La mirada del menor recayó en el peligris, este se escondía ligeramente tras su padre dándole la apariencia de un tímido niño pequeño que había hecho alguna travesura.

—P–Pasen...—murmuró.

Abrió más la puerta y se movió del lugar, no pudo contenerse de tomar al mayor por la muñeca y hacer que se quede con él.

—¿Cómo siguen tus heridas?

Preguntó apenas terminó de cerrar la puerta, llevó la mano a las zonas afectas pero no pudo evitar sentir una ligera presión en su pecho cuando el mayor se alejó a su tacto y le regaló una sonrisa apenada.

—Están mejor —susurró—. Mejor entremos.

Seungmin peleó con sus ganas de tomarlo nuevamente de las manos para obligarlo a explicar su actuar pues no eran nada y este no le debía explicaciones, pero aun así no quitaba el dolor que se plasmó en su pobre corazón. Al ingresar a la pequeña sala sintió la mirada sobre él, esta le miraba entre sorprendida y confundida pues no esperaban la visita de los Seo y mucho menos a estas horas.

Sƚαყ Ⴆყ Mҽ - SҽυɳɠႦιɳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora