Tɾҽɳƚҽ-ʂҽρƚ

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Había pasado casi un día y medio desde aquella noche, Ryujin regresó lo más rápido que pudo pues apenas la llamada con su hermano terminó se vio comprando un boleto para volver a su hogar, sin embargo, cuando puso un pie dentro de la mansión no controló la sorpresa que ver el lugar le causo y aún más cuando sintió los brazos de su padre tomar su fino cuerpo. Aún en su mente resonaban los sollozos del hombre mayor.

—¡Oppa~!

Llevaba más de media hora tocando a la puerta de su habitación en la casa que se encontraba, ligeramente, alejada de la principal. La sorpresa de encontrar a su hermano encerrado en su habitación y no en la suya también la invadió, Changbin no solía hacer eso jamás y sinceramente, todo empezaba a carcomerla. ¿Qué había pasado en su ausencia?

—Changbin oppa...—llamó—. Por favor, abre...

Se dejó caer sobre sus talones, apoyando la cabeza suavemente sobre la puerta de la habitación.

—P–Papá ya me contó todo y yo...—ahogó un sollozo, pues no quería alterar más al mayor—. Él en serio quiere verte, oppa...—susurró.

Perdió el equilibrio cuando la puerta fue abierta, sus ojos recorrieron rápidamente al mayor provocando que su corazón se estruja al notar las ojeras marcadas y los ojos irritados por el llanto qué debió estar soltando en la soledad de ese cuarto.

—Ryu...

Changbin observó a la menor, los ojos ajenos eran una mezcla de emociones y sentimientos del cual solo podía rescatar el cariño. La ahora pelinegro con un cerquillo por un poco más arriba de sus cejas se puso en pie, sus alturas no eran tan diferentes, pero por los tacones esta le sobrepasaba por poco; un suspiro abandonó sus labios cuando sintió los brazos ajenos aferrarse a su cuerpo.

—Te extrañe mucho oppa...—susurró—. Lo siento por dejarte aquí.

El mayor no quería romperse, no de nuevo, pero al sentir los cálidos brazos de su hermanita rodeándolo mientras se disculpaba por algo que no estaba en sus manos, no pudo evitarlo.

—N–No te disculpes —sollozó—. Necesitabas salir de aquí...

Las manos heladas de la pelinegra tomaron su rostro haciéndolo sisear por el choque de temperatura.

—D–Debí llevarte conmigo —susurró—. Binnie oppa...

Notó la mirada cristalizada de la pequeña haciendo que ahora sea él quien la sostenga, sabía que Ryujin no estaba así por ello, sabía muy bien que todo lo que su padre le había contado era un choque fuerte en su psiquis y toda la vida esta había sufrido por los cambios.

—No tenías porque...—susurró el mayor—. Ryu, ellos no son mi familia.

Ryujin rompió el abrazo, sus ojos pasaron de ser cálidos a fríos y Changbin entendió que no debió decir eso.

Sƚαყ Ⴆყ Mҽ - SҽυɳɠႦιɳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora